TELL MAGAZINE JULIO 2022
D e espacios abiertos y genero- sos, la luz del mediodía ilumi- na en forma natural cuadros y esculturas de artistas consa- grados como Bororo, Margarita Garcés, Oscar Barra, Cata Ab- bott, Conchita Balmes, Andrés Vío, Claudia Ca- taldo, Lorenzo Moya, Cienfuegos. Y obras emer- gentes como las de Sebastián Espejo, Andrea Araneda, Bernardo Martínez, Claudine Brantes y Gustavo Álvarez. La lista es larga y prolífica. Lo que hace cuatro años comenzó como una galería virtual, hoy es un lugar que alberga cer- ca de quinientas obras de diversos artistas. Algunas colgadas en las amplias paredes me- diante un sistema de rieles, otras apostadas en muros de una bodega, esperando su turno de brillar. Y en medio de todo, Christian Jander, el ingeniero civil que decidió perseguir su sueño y transformar su afición como coleccionista en un espacio orientado a acoger artistas y visibilizar el arte. El cultor de arte contemporáneo, cuya pasión siempre fue Matta, el pintor, y que con el tiempo llegó a adquirir cerca de sesenta piezas gráficas. El veinteañero que se cautivó con el mundo del arte, compró su primer grabado, y con él, lo que sería su posterior colección de arte que hoy no para de crecer. “El coleccionismo es una pasión y esa pasión te hace estudiar mucho”, afirma. Leyó, investigó y aprendió de Historia del Arte y de la vida de algu- nos pintores. De a poco comenzó a sumar artis- tas consolidados sudamericanos, como Carreño y Claudio Bravo, pero siempre con el foco puesto en armar una colección de Roberto Matta. Esboza una sonrisa y se acomoda en el sillón del primer piso de la galería. “La culpa de lo que soy hoy en día y en lo que estamos trabajando, fue de Matta y su obra”, dispara. De hecho, el nombre de su galería es un homenaje al pueblo italiano que lo vio crecer y morir, Tarquinia, y en la última exposición del 34 Aniversario 20 años - tell .cl
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0