Santiago mayo 2018

ENTREVISTA sebastián errázuriz Tremendamente motivado, conectado con la realidad nacional y con un firme propósito, este abogado, de formación jesuita, que se la jugó por la educación, nos invita a vincularnos con el entorno y sacar lo mejor de cada uno. Su fórmula: el desarrollo de habilidades socioemocionales. Por Carolina Vodanovic G./ Fotos Andrea Barceló A. Sebastián Errázuriz actitud lab A algunos la niñez los marca, a otros, los moviliza. La historia de vida de cada quien, cala hondo, y en el caso de Sebastián Errázuriz, no solo determinó su carácter, sino que hoy lo inspira en un tremendo desafío profesional. De chico, en el San Ignacio del Bosque, un profesor lo denostó frente a la clase y le dijo que sería basurero. El menor de cuatro hermanos, con múltiples inseguridades, déficit atencional y dislexia, no tenía buenas notas y fue en cuarto básico que repitió. “Ahí me di cuenta de cómo un docente le puede fregar la vida a un niño, o cómo, en cambio, una profesora como Isabel Cruz, la puede cambiar. Ella le dijo a toda mi clase que yo era el mejor alumno de la generación y ese día hubo un punto de inflexión porque alguien creyó en mí”. Sus notas no mejoraron sustancialmente, pero empezó a confiar en él. “Me di cuenta de que podía; esa profe, sumada a otros curas a quienes cuales les estoy profundamente agradecido, a mi abuela, a ciertas situaciones que me fueron pasando en la vida, me permitieron creer en mí… Soy un bicho raro dentro de mi familia, pienso distinto a todos y para mis padres fui, por mucho tiempo, la oveja negra, hasta que el año pasado aparecí en un programa de televisión — Inspiradores de Chilevisión— y por primera vez los vi orgullosos, emocionados de lo que he hecho en la vida”. Su apuesta por la educación 48 tell. cl

RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0