TELL MAGAZINE OCTUBRE 2023

26 tell. cl E l término “calidad de vida” atraviesa toda la entrevista. Y es la premisa por la que Lilia, educadora diferencial, trabaja incansable desde la fundación que levantó a pulso y que, luego de doce años, la sigue movilizando profundamente en su lucha por informar, visibilizar y educar a la población acerca del autismo. Y también en acompañar. Han sido días intensos, entre sus cátedras en la Universidad Andrés Bello, donde imparte el diplomado Inclusión Educativa y Social de personas con la Condición del Espectro Autista, su participación en diversas mesas de trabajo con el gobierno y la organización de la sexta versión del Seminario Internacional de Autismo, que este año tiene como lema “Cada persona cuenta”. Sentada, de jeans y zapatillas, comenta que el objetivo es “seguir construyendo sueños, seguir trabajando y promoviendo como lo hemos venido haciendo durante tantos años. La invitación es ir avanzando hacia modelos donde se entienda la vida con significado de la persona autista, en que el deporte y las actividades de socialización son claves”. LOS ORÍGENES Lilia es educadora diferencial y especialista en discapacidad intelectual. Su primer acercamiento al mundo laboral fue en una escuelita vulnerable en Quintero. “Era la primera vez que tenían una educadora diferencial y se suponía que éramos nosotras, junto con una compañera de universidad, quienes teníamos el saber, las herramientas y el conocimiento, pero definitivamente la que aprendió más fui yo. Ese contexto fue el que me formó, gran parte de lo que soy ahora profesionalmente se lo debo a esa escuelita. Aprendí que para poder trabajar con alguien con discapacidad tenía que conocer su historia, saber quién era, comprender su entorno”. “Aprendes a poner en acción gran parte de lo que implica ser humano, el empatizar y entender la vida del otro”. El entorno la llevó a cuestionarse mucho y a darse cuenta de que necesitaba contar con herramientas formativas, porque había un desconocimiento absoluto al respecto. En ese tiempo llegó a susmanos un libro de comunicación alternativa y aumentativa por intercambio de imágenes llamado PECS. Todo un descubrimiento que, ante la falta de acompañamiento de las familias y de recursos, la hicieron darse cuenta de que para poder entregar herramientas que ayudaran a que esas personas pudieran comunicarse y darse a entender, tenía que transformarse en un puente y que, para hacerlo, debía aprender y formarse. El 2011 partió a Buenos Aires a certificarse en PECS, cuyo programa trajo a Chile y que permitió que se formaran los primeros profesionales para trabajar comunicación en personas autistas no hablantes o mínimamente hablantes. “Ese viaje marcó un antes y un después en Como profesionales de apoyo, invitamos a avanzar hacia la neuroarmonía, un hermoso concepto desarrollado por Peter Vermeulen, que invita a que valoremos y respetemos todas las formas de procesamiento para construir juntos una canción bonita”.

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