TELL MAGAZINE NOVIEMBRE 2022
67 tell. cl LA IMPORTANCIA DE LAS TERAPIAS La neuróloga infanto-juvenil, Yerka Luksic, es especialista en TEA. Está certificada en ADOS y tiene un máster en Trastorno del Espectro Autista y otro en Siquiatría Infantil, ambos cursados en España. “Me apasiona el neurodesarrollo, principalmente porque creo y veo a diario todo lo que uno puede hacer y cómo un diagnóstico precoz y una intervención temprana pueden impactar en la vida de ese niño o niña. No hay que temerle al diagnóstico. Tenemos que vivirlo y trabajar en ello, apelar a la neuroplasticidad de nuestros pacientes y a todo lo que podemos lograr con ellos”. ¿CUÁNDO CONSULTAR? Por lo general, en todo niño que al año no presente hitos del desarrollo social, tales como señalar, mirar a los ojos, responder al nombre cuando se le llama, sonreír. Es deseable consultar si el niño es muy ensimismado, muy tranquilo o muy independiente para su edad. Si los hitos sociales están descendidos, es muy bueno derivar a neurología. ¿EXISTE ALGUNA MANERA DE CONFIRMAR EL DIAGNÓSTICO? No existe ningún examen de laboratorio que ayude a confirmar el diagnóstico. Este es un diagnóstico clínico que lo hace un neurólogo o siquiatra infantil, idealmente especialista en neurodesarrollo, con el apoyo de un equipo multidisciplinario. Hay un factor hereditario importante; si tengo un hijo con TEA, la probabilidad de tener otro con el mismo trastorno es de un cinco a un veinte por ciento. ¿CÓMO AYUDAR A LOS PADRES DE UN NIÑO TEA SI ELLOS ESTÁN EN NEGACIÓN? Creo que lo más importante es generar grupos de apoyo y de contención. En ese sentido, lo que está haciendo Sion es una gran oportunidad, porque justamente lo que cuentan los padres es que se sienten muy solos, especialmente al principio, y esta soledad va muy de la mano con la negación. En la medida que esos padres se sientan acompañados, creo que el proceso va a ser mucho más fácil. ¿QUÉ TERAPIAS SON ACONSEJABLES? Las terapias son fundamentales. Hay que tener presente que el cerebro de un niño está en desarrollo, en plena plasticidad cerebral, por lo tanto, toda intervención que yo haga, mientras sea de manera precoz y permanente, va a ser mucho más efectiva que una terapia tardía. Debe ser una terapia multidisciplinaria en la que nos acompañen diversos profesionales: terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo, sicólogo, educador diferencial, entre otros. Debemos buscar cuál es la terapia ideal para cada niño. ¿ES BUENO QUE ELLOS SEPAN SU CONDICIÓN? Me parece fundamental transparentar el diagnóstico a los niños, porque el TEA es una condición que los va a acompañar toda su vida. Hay que normalizarlo de la mejor forma posible. No hay por qué tener un secretismo respecto al diagnóstico.
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