TELL MAGAZINE MAYO 2024

ros se deterioraron por las napas subterráneas y nos inundamos por los techos… pensé que era el fin, pero decidí seguir. Como somos un museo privado comenzamos desde cero, a reparar, a limpiar, a pulir baldosas. Abrimos nuestras redes sociales y empezamos a captar público que antes no nos conocía. Ver todo el interés y los nuevos visitantes, principalmente niños y jóvenes, fue esperanzador”. “Si conoces la historia de Valparaíso, sabrás que es una ciudad que se sabe levantar. Por eso hago un llamado a que las personas de la Región de Valparaíso, y sobre todo colegios, visiten Villa Victoria por lo menos una vez en su vida. Que se empapen de la historia y no abandonen nuestro patrimonio, que no tengan miedo de visitarnos. Nuestro museo es muy seguro, de fácil acceso, y atendemos a puertas cerradas. Cuando la gente se esconde por miedo le da espacio a la delin- cuencia, a la basura en las calles. Hay que volver a darle vida a la ciudad”. María Victoria nos cuenta que, actualmente, se encuentran en “una etapa 3.0”, donde además de las reparaciones han incluido tecnologías, como son las presentaciones audiovisuales, los juegos de luces y las “salas que hablan”, con una voz en off que va relatando un tema específico, sin necesidad de un guía. Existen diferentes programas, todos con reserva, para colegios (desde cuarto básico a cuarto me- dio), universidades, grupos (mínimo cuatro perso- nas), cruceros (en inglés), empresas, etc. “Este año lanzamos recorridos, dos veces al mes, sin mínimo de visitantes, para que quienes no ten- gan un grupo puedan visitarnos. Pero nuestro fuerte son los colegios, las futuras generaciones. Tenemos entretenidos talleres, para cada malla curricular, donde podrán trabajar los procesos productivos u oficios de la época, por ejemplo: creación de jabones, elaboración de mantequilla o mermelada, teñido de telas, uso de herramien- tas del bodeguero colonial, etc.”. ENTRE TETERAS Para los recorridos hay distintas salas (como Los Inmigrantes y La Colonia) que incluyen líneas de tiempo (realizada por historiadores), infogra- fías, mobiliario, vestuario y piezas únicas, como el primer farol a gas de Valparaíso, una cámara fotográfica hecha en esta ciudad por Hans Frey., la réplica de la imprenta del diario El Mercurio o una réplica miniatura del Beagle, embarcación que trajo a Charles Darwin al puerto en 1834. Además de otras sorpresas que sólo se pueden descubrir en las visitas en vivo. También destaca la Sala de Herramientas, que sorprende no sólo por la gran cantidad de piezas, sino porque todas se siguen utilizando hasta es- tos días. Aquí conocerán los oficios vitales de la época como el herrero, el zapatero o el tonelero, por ejemplo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0