TELL MAGAZINE JUNIO 2024
actuaba como una pequeña ciudad dentro de Brujas y que hasta hoy mantiene sus hermosos jardines (incluso era el lugar favorito para pintar de Winston Churchill). La Antigua Cámara de Comercio y la Iglesia de Nuestra Señora, su torre es la segunda más alta de la ciudad, que se encuentra muy cerca del Puente San Bonifacio, muy bonito para tomar fotografías. Al terminar el recorrido hay que pasar por la Plaza Burg, centro político y religioso de la época y donde está el Palacio de Justicia, el ayuntamiento y la Basílica de Santa Sangre, el edificio más antiguo que se conserva. Y para aprovechar bien la estadía, uno de los grandes atractivos es recorrer Brujas de noche, porque además de la entretenida vida nocturna, la ciudad cambia totalmente bajo la luz de los faroles y por los canales. Tomé otro free walking tour , donde el guía te va contando entretenidas leyendas e historias sobrenaturales. GANTE: CIUDAD UNIVERSITARIA A tan solo media hora en tren desde Brujas está Gante, conocida como la joya de Flandes, famosa por ser una ciudad universitaria (mezcla lo antiguo con la arquitectura moderna) que los turistas que pueden recorrer, tranquilamente, en dos horas los puntos más turísticos, pero hay mucho más. El recorrido parte en su centro histórico, donde se encuentran iglesias, canales, castillos, puentes, museos y un sinfín de edificios medievales. Uno de ellas es la Catedral de San Bavón, dedicada al santo patrón de la ciudad o la Iglesia de San Nicolás, uno de los monumentos más antiguos de la ciudad. Por la gran baja de creyentes muchos de estos lugares hoy son usados como galerías de arte o centros para eventos culturales, pero se conservan en perfecto estado sus fachadas e interiores. Las mejores vistas de la Iglesia de San Nicolás y de todo el centro histórico se obtienen subiendo a la Torre Belfort (antigua torre de vigilancia del siglo XIV) que sobresale con sus 91 metros de altura. Los muelles de Graslei y Korenlei son puntos perfectos para apreciar los canales y las casas gremiales de estilo barroco. En esta zona se concentraba gran parte de la actividad comercial de la ciudad en la época medieval. También hay que visitar el Puente de San Miguel, entre los muelles de Graslei y Korenlei, es uno de los lugares favoritos para los amantes de la fotografía. Y cruzando está la plaza de Korenmarkt, donde hoy hay ricas cervecerías y restaurantes. La comida es muy sabrosa, y también son fanáticos de las papas fritas y preparaciones con huevos de pescado. La última parada es el castillo de Gravensteen (o de los Condes), fortaleza construida en el siglo XII con uno de los fosos defensivos más grande del mundo. Además de su espectacular exterior puedes entrar para ver la antigua sala de torturas y subir a la Torre del Homenaje, donde obtendrás fantásticas panorámicas para despedirse de Bélgica”. T
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