TELL MAGAZINE ENERO 2025
L a textura de un pedazo de greda en sus manos lo cambió todo. El roce del barro en su piel la llevó a imaginar otros mun- dos que, con el tiempo, fue moldeando y dando origen a diversos objetos utili- tarios que hoy llenan su casa y las de otros. “Me encanta ver mis trabajos en casas de amigas, es como un pedacito mío ahí”. Los años de estudio de diseño de vestuario y más tarde como dibujante técnico arquitectó- nico fueron decisivos cuando la cerámica entró en su vida. “Tengo buen oficio gracias al tecni- cismo que aprendí en mis clases de modelaje de vestuario y en la confección de los planos de ingeniería. A esa perfección me refiero”. Luego de encontrarse con la greda de manera fortuita, no la soltó más, nunca más. Estuvo un par de años aprendiendo la técnica en el taller de Huara Huara, “para mí el mejor que existe en Chile”, asegura desde su departamento que mira al Pacífico. “Ahí aprendí a desprenderme de las cosas, porque si se te quebraba o no te quedaba bien tenías que desarmarlo y empezar de nuevo. No hay que aferrarse a ningún objeto
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