TELL MAGAZINE ENERO 2024

22 tell .cl Es fundamental la responsabilidad que tienen los líderes y emprendedores en encauzar la innovación hacia un impacto social y ambiental significativo. Son ellos quienes están a cargo de los equipos y —usando la persuasión y el ejemplo— deben motivar a otros implementando medidas que cumplan con lo que se requiere de manera práctica y también visionaria. Por Alejandra Mustakis, emprendedora Innovación con sentido: transitando hacia un futuro positivo En la definición más estricta de la palabra, la innovación significa aplicar nuevas ideas, conceptos, productos, servicios o prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad y la competitividad. Innovar es transformar, pensar en formas diferentes de hacer las cosas para resolver problemas que nos afectan a todos. Y para que la innovación sea realmente valiosa, no deberíamos mirarla sólo desde un punto de vista tecnológico o práctico. En el cambiante panorama empresarial, necesitamos que la innovación esté acompañada por un propósito que actúe como guía y vehículo hacia un cambio positivo en la vida de las personas. Veamos algunos casos concretos para entender mejor lo que implica la innovación con propósito. Empresas como Tesla innovan no sólo en vehículos eléctricos, sino también en soluciones de energía sostenible, como techos solares y baterías para fomentar la transición hacia fuentes de energía más limpias. Airbnb transformó la industria de los alojamientos al permitir que las personas compartan sus hogares, promoviendo la economía colaborativa y creando nuevas oportunidades económicas para las comunidades locales. Incluso en el ámbito de la salud, lanzamientos como las vacunas de ARN mensajero que se desarrollaron para combatir el COVID-19, representaron una innovación significativa en la medicina, ofreciendo un método rápido y adaptable para abordar nuevas enfermedades y permitir que miles de habitantes de todo el mundo volviéramos a la normalidad después de meses de encierro durante la pandemia. A nivel nacional también contamos con ejemplos destacados. Sistema B agrupaaempresasdetodoelmundoqueestáncomprometidasconunsistema económico que beneficia al planeta y a las personas. Para ser miembros, cada una de ellas debe cumplir con ciertos requisitos que miden y garantizan su impacto social y ambiental. Además, son varios los emprendimientos y organizaciones que han abrazado la innovación con propósito. NotCo aplica la inteligencia artificial para lanzar al mercado alternativas de origen vegetal a productos alimenticios de origen animal. Fundación Mustakis realiza programas y actividades educativas que promueven el desarrollo integral en niñas, niños y jóvenes. Kauel también utiliza la tecnología para crear softwares de realidad aumentada de IA que pueden aplicarse dentro de la operación de las empresas, por ejemplo. Por otro lado, 1ko es una empresa social de diseño y creatividad que permite rescatar y visibilizar el talento local facilitando que los artistas participen en las ganancias de la venta de sus productos. Casos hay miles, y son muchos más los que están recién surgiendo y de los que tendremos noticias en los próximos años. El denominador común que comparten es que no sólo buscan el crecimiento económico, sino que también abordan problemáticas clave y, durante su accionar, se preocupan de los efectos que causan en las personas y en el ecosistema, poniendo en práctica medidas compensatorias en caso de ser necesario. Hoy en día, ya no sirve la innovación por sí sola. Tampoco debería ser una estrategia empresarial, sino un imperativo ético ante los múltiples desafíos que estamos enfrentando. La innovación es mucho más relevante si va acompañada de iniciativas que impulsen un mundo más inclusivo y sostenible. Y atención con esto: todos podemos ser innovadores con impacto desde las acciones más pequeñas hasta las más grandes, contribuyendo así a la construcción de un futuro más humano, solidario y en armonía con nuestro planeta. emprendiendo

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