Los comienzos del Casino Municipal de la ciudad se remontan hacia el 28 de Febrero de 1914, momento en que el intendente Alberto Mackenna señalaba que la creación en Viña del Mar de un casino era el único medio para darle vida, prosperidad, alegría y movimiento a un balneario. Pasarían catorce años para que su proyecto tomara vida a través de la creación, en 1928, de la Ruleta en el balneario del Recreo. Dos años después, bajo la presidencia de Carlos Ibáñez, esta idea comenzaría a tomar cuerpo junto con la Junta Pro Balneario. El primer mandatario expresaba que la comuna, al ser la primera ciudad balneario y una de las más importantes, debía ser un ícono y símbolo en el país, Latinoamérica y en el mundo. Para ello, señalaba que debían existir obras que lo ratificaran; de este modo se autoriza la construcción del Teatro Municipal, del Casino Municipal y la residencia presidencial del Cerro Castillo.
Indicaba el jefe de estado que este palacio de verano de los presidentes de Chile honraría a la ciudad, para lo cual firmará y promulgará la Ley 4.283, la cual dará recursos económicos extraordinarios a Viña del Mar. Ibáñez, en sus discursos, señalará que esta ciudad será el faro turístico de Chile a nivel internacional, siendo el Casino Municipal el que dará el impulso y recursos necesarios para la continua transformación y crecimiento.
La obra de Ibáñez trajo para Viña del Mar un sinfín de beneficios turísticos, destacando entre ellos la creación del Casino de Juego, que se convirtió en un centro político de notable influencia en el acontecer nacional. Gracias a las ganancias que generaba este centro de entretenimientos, la municipalidad pudo adquirir una serie de bienes inmuebles, entre los que se cuentan el Palacio, la Quinta y Pinacoteca de la familia Vergara, el Palacio y Quinta Rioja, el Castillo Wulff y el Palacio Carrasco. Además, financió obras de urbanización tales como la pavimentación del camino a Concón, la avenida Perú, la avenida San Martín y el mejoramiento de Santa Inés. Por último, los dividendos entregados por el Casino contribuyeron económicamente para generar algunas obras de infraestructura turística, el Hotel O ́Higgins y Miramar, y de salubridad, parte del Hospital Gustavo Fricke.
Es así como el Casino Municipal se convierte en la piedra angular del prestigio y fama a nivel internacional de la ciudad, de su infraestructura, patrimonio y cultura. Este se ha transformado en un importante generador de ingresos para el continuo desarrollo de Viña del Mar y Valparaíso. Así llega a ser el más emblemático del país y está a la altura de casinos europeos tales como Montecarlo, Ostende, Deauville, Biarritz, San Remo, creados para potenciar económicamente a estos balnearios y sus municipios, los cuales, al igual que en la ciudad jardín, son pilares fundamentales de su economía y políticas sociales.