Decidió ser directora de orquesta a los 12 años...
ese sueño es una realidad, a los 39 años, inma shara dirige grandes orquestas en los escenarios más importantes del mundo.
Su talento es admirable, pero su sensibilidad es extraordinaria.
Sus palabras me recordaron un principio de bienestar, muy simple, pero que en la intensidad de vidas que muchas de nosotras vivimos, creo que olvidamos...
“No es tanto buscar el final, sino que buscar el camino para llegar a ese final...” señala inma.
Debo decir que he observado y para ser honesta, me he observado en ocasiones queriendo forzar la vida, queriendo acelerar la llegada al ‘final’, como si hacerlo, tuviera algún real resultado. a veces podemos perdernos intentando llegar rápidamente a la ‘meta’, dejando de disfrutar el camino que inevitablemente debemos recorrer. la vida tiene su propio ritmo, y aquello que tanto ansiamos, llegará en la medida que trabajemos y dediquemos tiempo a lograrlo. mientras tanto, podemos decidir saborear la espera, disfrutar el camino, cada recodo, cada parada, cada momento y aprender...
No puedo dejar de preguntarnos, cuán conscientes estamos de disfrutar nuestros caminos? son estos placenteros, tortuosos o ansiosos?
‘El trabajo en solitario de un director de orquesta, el estudio, el análisis, la interiorización y memorización de una partitura, realmente es un proceso que se lleva en soledad y es un proceso apasionante, y uno descubre las grandes obras, porque uno se re-descubre personalmente hablando...’
Al igual que inma, cada una de nosotras enfrentamos diversos ‘procesos’, debemos recorrer diversos caminos, muchos de los cuales se dan en solitario, es en éstos, en los que podemos descubrir valiosos aprendizajes y nos re-descubrimos a nosotras mismas... nuestras oportunidades de mejora y potencialidades.
Me encantan las palabras del gran eduard punset, “la felicidad muchas veces está en la antesala de la felicidad”.
Disfrutemos el camino.
Disfrutemos las salas de espera de nuestra vida.