Porque veo a mi generación del colegio, todos tienen hijos, familia, carreras tradicionales…
Fue mi mamá la que me dijo que si quería ser cantante tenía primero que sentar las bases y para eso era necesario estudiar canto lírico, con la idea de aprender la técnica. Me dijo que los verdaderos artistas tenían que empezar por lo clásico, y que luego de esto ya estaría preparada para elegir mi opción.
EL GRUPO
La guitarra la aprendió a tocar, en una primera instancia, de forma autodidacta, pero para aprender a tocar piano clásico tuvo que ir a clases, las que empezó en primer año de la universidad en el conservatorio de su misma universidad con la profesora Patricia Rodríguez. Pronto conocería otra rama de su carrera: Teoría de la Música, en donde se juntó con quienes serían sus compañeros en el grupo Cántaro, del que fue vocalista por una década y con quienes hizo varias giras por Europa y Chile.
¿Por qué teoría de la música?
Estudiando canto lírico conocí a Claudio Acevedo y con él formamos un taller de música latinoamericana, él estaba estudiando teoría de la música, me gustó, y convalidé mis ramos de canto lírico y terminé yéndome por esta área. Fue ahí donde conocí a los chicos del grupo.
¿Cuándo empezaste a escribir y componer?
Con el grupo. En el primer concierto que dimos ya había por lo menos tres canciones mías.
¿Dónde tocaban?
En conciertos solidarios, en el Centro Cultural de España, en el Baquedano, hicimos giras a Villarrica, en el festival de Osorno, tocábamos por todos lados. Al grupo le fue súper bien, tanto así que grabamos un disco, Música de Raíz Latinoamericana, gracias a haber ganado un Fondart, donde hay cuatro temas de mi autoría. Después hicimos un segundo disco, Andarién, en donde más o menos hay un treinta por ciento canciones de mías. Este lo reeditamos en Francia, hubo un tiempo en que estaba en las disquerías de allá... Y grabamos un tercer disco inédito que se llama Buen Puerto.
¿Cuándo empezaron las giras al exterior?
Ya terminada la universidad iniciamos una gira a Italia, el 2006. Hicimos varios conciertos antes para juntar las lucas para irnos. En el grupo está el Tato Seves, cuyos tíos tocan en Inti illimani; ellos vivieron en Italia entonces él tenía muchos contactos allá. Mandamos cartas, recibimos invitaciones para tocar en algunas partes, estas se las entregamos al rector de la universidad y él nos apoyó con algunos fondos, y allá nos pagaban por tocar entonces ya teníamos una base para poder vivir, y nos fuimos. Tocamos en Florencia, en Bertinoro, en Lucca…
Después partieron a Francia… Sí, nos fuimos a París, tocamos al norte de esta ciudad. Nos iba increíble. Y después nos volvimos.
DE IDA Y VUELTA
Su disco, Maldita Bendita, tiene una carátula de color fucsia, y al medio está el dibujo de una carta, el rey de jotas corazón. Para hacerlo contó con la ayuda de percusionistas, flautistas, guitarristas, acordeonistas, entre otros, los que hacen un total de veinte músicos. Ella, además de ser la cantante y compositora, fue la productora general, artística y ejecutiva. No sólo fue la voz, sino que también los coros, hizo los arreglos y la mezcla. Los títulos de sus canciones llaman la atención: Insecto azul, Abeja de mi corazón, El níspero, Sin piedad… Algunos temas se grabaron en Francia, en el Angel Estudios París, y otros en Pulsar Estudios Ñuñoa, Chile. Josefina lleva poco menos de tres años ya en Chile.
¿Por qué te fuiste a vivir a París?
Dos integrantes del grupo se habían ido un año antes que yo. Estaban tocando y estudiando música allá. Entonces a mis veintiséis años yo creía que Francia era el destino perfecto para ser músico y dedicarme a esto. Ahora que miro para atrás y pienso que quizás debería haber sido México… pero lo que aprendí, lo que pude absorber cultural y armónicamente tiene un valor que quizás no lo habría tenido en otro lugar…
¿Te fuiste sin saber qué ibas a hacer allá?
No. Me fui con un programa en el cual el gobierno te paga los pasajes por ser artista con la idea de ir a trabajar como asistente de español por seis meses, eso fue en Montpelier… y me terminé quedando siete años.
¿Qué más hiciste allá?
Aprendí mucho. El grupo se empezó a armar en París porque de a poco fueron llegando los músicos allá. Entonces cuando terminaron los seis meses de la pega, tome mis cosas y me fui a vivir a París. Me inscribí en un conservatorio para clases de guitarra y jazz. Al año siguiente, con la profesora de canto, empecé a estudiar canto jazz. Estuve cuatro años en este lugar, y me diplomé de canto jazz.
¿Por qué volver?
Por amor…
¿Qué echas de menos?
La organización del francés. Por ejemplo, tenía un concierto y citaba a los músicos a las diez de la mañana y a esa hora llegaban. Aquí los citas a las diez y llegan una hora tarde… Allá se usa mucho que los ensayos son de tres horas. Acá imposible, es mucho tiempo… El músico chileno en muchas cosas es superior al francés, tiene mayor versatilidad, puede tocar de todo, dedicarse a varias cosas a la vez. Los de Francia se dedican a una sola, se concentran, se organiza bien.
¿Ha sido muy difícil entrar al mundo de la música en Chile?
Como en todas partes del mundo, creo que la música está muy monopolizada por un grupo pequeño que tiene los contactos, entonces entrar ahí es difícil. En Francia pasa lo mismo.
¿Cómo fue producir tu propio disco?
Partí en Francia, con la ayuda del Carlos “pájaro” Canzani que es el integrante uruguayo de Los Jaivas. Con él hice cuatro temas y los siguientes los terminé aquí en Chile.
¿Te gustó el resultado?
Sí, pero hay cosas que no voy a repetir. Ciertos sonidos. Me gusta trabajar con la guitarra acústica, la guitarra peruana folklórica, y trabajar mucho con el blues. Creo que mezclar la música real con la electrónica es la fórmula perfecta.
¿Te sientes orgullosa?
Más que orgullosa me siento capaz. Ahora sé que lo puedo hacer y tengo mucho más claro lo que quiero escuchar.
¿Cómo describirías tu disco?
Es un disco folk pop jazz. Es una clasificación que no existe, la estoy inventando…
¿Se puede vivir de la música?
No me ha costado tanto, pero es porque yo cuento con la parte docente. Hago clases de canto. Partí trabajando en la academia de Verónica Villarroel y ahora estoy trabajando en La Florida.
¿Qué se viene?
Otro disco el 2017.