Con treinta y cinco locales de Arica a Puerto Montt, los hermanos Muencke, cuya tradición fotográfica los precede, han sabido resistir los embates tecnológicos marcados por la era digital y el bullying industrial que sufrieron en un principio, cuando se les ocurrió poner el primer laboratorio a color en la Región de Valparaíso en la década del setenta. Gracias al ingenio y a la diversificación de productos, esta empresa familiar supo reinventar un negocio que parecía destinado a bajar el telón. Esta es su historia.