Ingelore Bernhardt Timmermann, vicepresidenta y fundadora de COALIVI
A los treinta y nueve años, Ingelore Bernhardt quedó prácticamente ciega. ¿Qué hizo? Lejos de echarse a morir, no dudó en reinventarse y seguir haciendo lo que mejor sabía: enseñar, pero esta vez a niños ciegos. Y de pasó logró que la sociedad penquista viera, por primera vez, a los discapacitados visuales.