TELL VINA FEBRERO 2019

Me mueve el color con locura. Encuentro que el color le da vida y alegría a las cosas, por eso aplaudo iniciativas como las intervenciones en espacios públicos”. ¿Cuánto te demoras en hacer un cuadro? Depende mucho de la paleta de colores. Pero en general me demoro entre dos semanas y un mes. ¿Trabajas por encargo? Hago harto trabajo por encargo, pero no acepto cualquier cosa. Cada vez me pongo más mañosa, más exigente y más regodeona. ¿Cuál es el formato que más te acomoda? Mis formatos son grandes. Mi base es un metro por ochenta. ¿Es necesario el estudio de una carrera para poder expresarte? No sé si sea necesario, pero creo que es de gran ayuda porque te dan todas las bases, aprendes todas las técnicas. Yo tuve profeso- res muy buenos, como Cienfuegos que es un seco y con quien he tenido grandes conversa- ciones; ellos te hacían razonar, analizar, ir más allá de la obra en sí. Y en ese sentido a mí sí me sirvió, sobre todo para llegar a lo que estoy haciendo hoy. “ME MUEVE EL COLOR” La primera exposición individual de Camila (32) fue en enero del 2015 en la galería La Sala. Se llamó Sueño de realidad y era un conjunto de re- tratos femeninos. “Fuemucha gente y vendí harto para ser mi primera exposición en solitario. Des- de esa fecha, tengo un nexo especial con la gale- ría y he participado en varios colectivos, como el reciente que hubo en homenaje a Queen”. “Elegí el esmalte porque tiene que ver con lo falso, lo ficticio, lo brillante. Porque tiene que ver con un mundo plástico. Fue una especie de crítica a los cánones de belleza que nos impone la publicidad”.

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