TELL MAGAZINE JULIO 2020
52 tell. cl papás la convencieron de que las herramientas de su carrera la ayudarían a formar su propio negocio. Siempre con su objetivo en mente, el 2013 se fue de intercambio a Inglaterra, donde se dedicó a recorrer distintas pastelerías, y al volver a Chile hizo un magíster de innovación y emprendimiento. “Mi sueño siempre fue tener un café pastelería, por eso creo que mi camino fue el correcto. El ojo comercial en este rubro es muy importante y eso me ha permitido crecer de la manera que lo hemos hecho. Al terminar de estudiar hice mi práctica en Bonafide y reafirmé que lo que quería era tener algo propio”. DE PRIMER NIVEL Con la idea de usar sus ahorros para ir a estudiar Gastronomía al extranjero, a su pololo, Daniel Borobio, le ofrecieron trabajo en Lima, Perú. Esa fue la oportunidad que estaba esperando y María Jesús decidió tomar un curso de Gastronomía en el Instituto Le Cordon Bleu. “Tuve la oportunidad de estudiar en uno de los institutos más prestigiosos y quedé fascinada con la gastronomía peruana”. ¿Qué fue lo más importante que lograste en Perú? Pude perfeccionar mis recetas, modificarlas, afinar las técnicas y llevarlas al siguiente nivel. Aprendí a hacer todo más gourmet, más fino y delicado. Antes en mi carta tenía postres clásicos. Y lo más lindo, es que gracias a este curso, me hice amigas del rubro con las que sigo compartiendo consejos y recetas, nos apoyamos aunque estemos a kilómetros de distancia. ¿Qué te pareció la repostería peruana? Muchos no conocen su repostería y es realmente maravillosa, tienen la tradición de comer pasteles pequeños gourmet, es decir de bocados chicos. Hay muchos postres a base de leche y manjar. Además, tienen la suerte de tener frutas, que para nosotros son de estación, todo el año y hacen exquisitas preparaciones con chirimoya, lúcuma y maracuyá. ¿Tuviste la idea de quedarte allá? Sí, incluso vendí mis productos en Perú bajomi marca Coccolino. Muchos clientes me siguen preguntando cuándo volveré a mi querida Lima. Estaba buscando locales para arrendar cuando tuvimos que volver a Chile. Al regresar mis clientes estaban ansiosos de conocer mis nuevas recetas, porque fui subiendo todo a redes sociales (Instagram: @coccolinopasteleria). Fue un boom , llegué justo para la Navidad del 2018 y se me dispararon las ventas. Me tuvo que ayudar toda mi familia para sacar los pedidos. ¿Ahí decidiste abrir tu local? Sí, pero previamente estuve conmi actual jefa de cocina trabajando desde un departamento. Estuvimos unos siete meses hasta que Marcamos la diferencia con nuestra calidad, sabores y detalles (desde las recetas a envases) que son el resultado de años de esfuerzo. La gente nos reconoce, y a pesar de que en este tiempo ha salido mucha competencia, nos sigue prefiriendo”.
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