TELL MAGAZINE JULIO 2020

51 tell. cl H oy Coccolino es una marca reconocida en la Región de Valparaíso, y no solamente en la zona de Bosques de Montemar donde comenzó, hace varios años atrás, la historia de esta pastelería fina. Con clientes en Concón, Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué, y Villa Alemana ya están prontos a expandir su delivery a Santiago. Desde muy pequeña a la viñamarina María Jesús Arze Fernández le encantaba cocinar. Aprendió mucho de su tía Angelita Fernández, quien siempre le ha compartido recetas e ideas; ya a los once años vendía alfajores y golosinas en su colegio y condominio donde vivía. “Siempre me han gustado las manualidades e inventar recetas dulces. Mis primeras clientas fueron las amigas de mi mamá, a quienes les fascinaba todo lo que preparaba para sus cumpleaños. Si bien no tenemos una historia familiar muy relacionada con la cocina, mis papás —Sergio Arze y Paulina Fernández— siempre me han apoyado en todas mis ideas, al igual que mis Recetas dulces que se fueron perfeccionando hasta convertirse en productos premium, son el alma de Coccolino y el resultado de años de trabajo y estudio de su creadoraMaría Jesús Arze. Barquillos conmanjar casero, alfajores demazapán, tortas húmedas, pastelitos gourmet, galletas de almendra, entre otras delicadas delicias que evocan la infancia y los buenos momentos. Por María Inés Manzo C. / Fotografías gentileza de Felipe Reyes Arriagada. Coccolino hermanos (somos cinco en total), y en especial mi hermana menor, Trinidad. Tengo la suerte de tener al mejor abogado a mi lado, mi papá quien me ayuda con todo lo legal y tener todo en orden. Por el lado comercial agradezco a mi tío querido Carlo Rossi que siempre me está aconsejando y guiando para llevar a Coccolino a lo más alto”, cuenta María Jesús. “Los primeros años fueron de mucho esfuerzo. Con la Trini, para fechas como Navidad o Pascua de Resurrección, nos levantábamos a las seis de la mañana a preparar galletas y no parábamos hasta la una de la mañana del día siguiente. Quedábamos literalmente botadas en el suelo y nos perdimos muchas celebraciones, porque estábamos trabajando. Siempre le voy a agradecer a mi hermana esa etapa, porque me dio el impulso para emprender”. Cuando cursaba segundo año de Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez, María Jesús quiso cambiarse a Gastronomía, pero sus perfección Dulce H

RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0