TELL MAGAZINE ABRIL 2020

20 tell. cl Las epidemias y pandemias han sido parte de la historia americana, y hoy, en el contexto del COVID-19, volvemos a mirar el pasado para reflexionar y tomar conciencia de un peligro que se creía superado. Los testimonios de la época describieron con asombro la velocidad de este mal. El contacto entre personas provocaba casi inmediatamente el contagio, aspecto no menor en culturas indíge- nas en donde se hizo casi imposible mantener el aislamiento, tal como ocurrió en el Caribe a partir de 1518. Para el caso del sarampión, el efecto fue simi- lar. Se cree que en la epidemia que se desató en Cuba, en 1529, fallecieron dos tercios de la población indígena. Y cuando el mal se extendió por México, América central y el mundo andino, la mortandad que dejó, en especial a los niños, fue un golpe demográfico de proporciones. En suma, las epidemias y pandemias han sido parte de la historia americana, y hoy, en el contex- to del COVID-19, volvemos a mirar el pasado para reflexionar y tomar conciencia de un peligro que se creía superado. conectados con la historia ¿Cuántos habitantes había en América a la llegada de los conquistadores? Esa pregunta aún no tiene una respuesta definitiva, aunque han existido mu- chas aproximaciones. Fue desde la segunda mitad del siglo XX en que se inició una intensa actividad investigativa que trajo como resultado una va- riada propuesta de cifras acerca de la población de pueblos originarios en el “NuevoMundo”. Las cifrasmás conservadoras hablaban de 13,5millones de habitantes, pero otros llegaron a afirmar que el número de almas ascendía a ciento diez millones. Entre estas dos cifras extremas, varios estudiosos opta- ron por caminos intermedios, opción que ha llevado a calcular una población que se acercaba a cincuenta o sesenta millones. Con tal margen de error, el consenso es muy difícil de alcanzar, aunque lo que sí ha estado claro desde el comienzo es que la población sufrió un descenso demográfico dramático, ante lo cual se han buscado múltiples causas. La más conocida de todas —y lamás popular desde una perspectiva ideológica— es la del genocidio, en donde se afirma que los conquistadores españoles, y los colonos portugueses para el caso de Brasil, aniquilaron a la población local. Sin embargo, en el último tercio del siglo XX, las miradas han tomado otro rumbo. La tesis de que en realidad las epidemias y pandemias fueron las grandes causantes del brutal descenso de la población indígena empezó a cobrar mucha fuerza, en especial, cuando los estudios sobre medicina y enfermedades comenzaron a aportar datos significativos. Y en realidad, dan- do una mirada a la historia, no debía extrañar esta hipótesis porque existen múltiples ejemplos en el pasado de enfermedades que causaron la muerte masiva de personas, tal como ocurrió con la Peste Negra (1348-1353), que costó la vida a veinticincomillones de personas aproximadamente, o la llama- da Gripe Española (1918-1921), que causó la muerte de cuarenta millones de personas (en Chile se perdieron cuarenta y tres mil almas). Por lo anterior, es claro que el impacto de las epidemias fue determinante a la hora de explicar el por qué la población indígena tuvo un brutal descen- so durante el primer siglo de conquista. Más que las espadas y arcabuces, un ejército viral invisible fue devastador para pueblos que no tenían ninguna defensa —anticuerpos— para enfrentar enfermedades que no conocían. La viruela, la influenza y el sarampión fueron fuerzas incontenibles y cuya pro- pagación, incluso, se adelantó a los propios conquistadores, tal como ocurrió en el caso de la viruela en el Perú. De hecho, se sabe que previo a iniciarse la empresa de conquista al mundo Inca, esta enfermedad arrasó con parte de la población andina. Por Rodrigo Moreno (*) (*) Doctor en Historia. Director Departamento de Historia y Ciencias Sociales. Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez. Epidemias: aquellos “ejércitos invisibles”

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