TELL santiago DICIEMBRE 2018
LOOK urbano 16 tell. cl S on muy entretenidas estas pasarelas anchas y rojas, los halagos y los ma- los comentarios duran bastante tiempo; paramuchos se convierten en una pesadilla, para otros, son la gloria. Todo esto forma parte del mundo que vivimos, expuestos a la opinión del mundanal, sin tener derecho a pataleo, algo similar a estar en pleno coliseo romano, luchando contra los leones; la diferencia está en los felinos de cuatro patas. Eso sí que todo tiene un lado bueno, me refiero a que algo queda en la retina de las personas: lo que se lleva, las tendencias, lo exagerado, lo fuera de toda estética, lo chabacano, un mundo muy diverso. Lo otro digno de destacar es la participación de los modistos y diseñadores, este año en particular, gente joven de gran creativi- dad, lo que es muy bueno para las futuras generaciones. Son muchísimas las personas que trabajan para dar realce a estas fiestas, la pre- paración previa ocupa harto tiempo en conjunto con el trabajo de maquilladores, peluqueros, joyeros, zapateros y otros tantos desconocidos que participan, y la mayor parte de las veces solo para recibir una mención ante las cámaras o en las redes sociales. Sigo sumando otro punto bueno. Hay un aprendizaje, conocimiento; la persona que no es famosa, ni se va exponer a ninguna cámara de tv, solo al ojo y critica familiar, toda esta información le da un mayor brío a la hora de escoger, por ejem- plo, el vestido si es madrina en un matrimonio o porque es la hermana del novio o novia, etc. Por otro lado, me llama mucho la atención cómo en Chile, a diferencia de Argenti- na, Perú, Venezuela, Colombia o Brasil, esconden tanto los brazos o se los tapan. ¿A qué me refiero con esto? En todos esos países no tienen problema con los bra- zos, los asumen y los quieren porque no los ocultan y les sacan el mayor provecho posible para ir a una fiesta, sin importar cómo luzcan. En general, los chilenos nos queremos muy poco, hay mucha baja estima, con- fiamos en la opinión de una amiga y no en nuestra intuición y, lo peor de todo, no hacemos nada. Les sugiero estar más preocupadas y cuidar nuestra piel. ¡Hasta la próxima! Lo que nos deja el Copihue de Oro Por Shila Aldunate
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