TELL SANTIAGO NOVIEMBRE 2019

81 tell. cl C orría el 2012 y una fundación recién constituida llegaba al Hospital del Salvador para crear una propuesta de pai- sajismo sin saber que se que- daría para siempre. El dolor humano, la falta de encuentros, el exceso de incertidumbre reinante no solo conmovió a las directoras de entonces, sino que las desafió a comprobar el poder de la naturaleza y llevar sus beneficios a los espacios públicos. Con la ayuda y el apoyo de toda la comunidad hospitalaria recuperaron patios olvidados y los transformaron en una serie de jardines te- rapéuticos que aliviaran el día a día. Espacios de distracción y comunión con arbustos que tuvieran follaje permanente, con flores que aportaran colorido y aromas, con plantas que atrajeran aves, mariposas, chinitas y abejas. Trabajando juntos y plantando juntos. “Fuimos creando verdaderos espacios de conten- ción y relajación”, asegura la directora de Funda- ción Inspira, Verónica Novoa. “Estos proyectos se enriquecen aún más si se trabaja en comunidad, El poder transformador de la naturaleza no solo repercute positivamente en la salud, sino en los vínculos que se generan en las salas de espera de los centros de salud. Estudios internacionales avalan sus enormes beneficios: mejora del sistema inmune, del estado de ánimo y de la autoestima, además de disminuir la ansiedad y el estrés. En Chile hace rato que Fundación Inspira trabaja transformando áreas verdes abandonadas en jardines que, literalmente, sanan. Por Macarena Ríos R. / Fotografía Nick Charlesworth y gentileza de Verónica Novoa. con los pacientes, con sus familias y con los traba- jadores para crear lugares que alivien los miedos, las incertidumbres y las preocupaciones propias de las esperas y estadías en centros de salud”. LUGARES DE ENCUENTRO “Observar un jardín ayuda al cuerpo y a la mente a sanar más rápido una enfermedad”, dijo el investigador sueco, doctor Robert Ulrich, en la década de los ochenta. En esa época realizó un estudio que arrojó que los pacientes que podían ver los árboles desde la ventana, toleraban mejor el dolor y se recuperabanmás rápido que aquellos cuya vista daba hacia un muro de cemento. El contacto con la naturaleza sana. Algunos le di- cen la “píldora verde”. Avalados por varios estu- dios científicos, los jardines sanadores en recin- tos médicos son una tendencia mundial al alza. ¿Los principales referentes? Canadá, Estados Unidos y Europa. “Son muchos los beneficios al estar en contacto con un jardín”, asegura Verónica. “Caminar por un sendero lleno de flores, escuchar los pájaros nos

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