TELL SANTIAGO NOVIEMBRE 2019
Como odontóloga sabía que podía fomentar un cambio más rápido, empezando por mis propios pacientes y colegas. Por eso mi foco estaba en crear un producto que no generara basura, con propiedades testeadas por profesionales y bajo los estándares de la Asociación Dental Americana”. 30 tell. cl nanopartículas de cobre que trabajamos junto a Nanotec, empre- sa chilena que desarrolla y tiene patentada esta tecnología. No lo quisimos utilizar en los filamentos de nailon, porque tras una encuesta la gente creía que podía ser muy abrasivo. Pero como el cobre actúa por iones, aunque sólo esté en el mango, tiene una esfera de protección antibacteriana. Los cepillos se fabrican en China… Sí, comprar las máquinas era imposible, porque no teníamos el capital necesario. Y en Chile todos los cepillos de dientes del mer- cado son importados. Tratamos, incluso, de reemplazar el mate- rial por colihue. Así comenzó la búsqueda en países limítrofes, pues hay producción de bambú en Brasil, Colombia y Ecuador, pero no manufactura. La única posibilidad era China o Japón, pro- ductores mundiales, cuya materia prima principal es esta planta y están muy avanzados en tecnología. Encontramos una fábrica certificada que sólo trabaja con productos de bosques sosteni- bles y cultivos controlados. Nosotros les enviamos el diseño, el nanocobre y cómo incorporarlo al mango —bajo nuestro secreto industrial— y ellos nos devuelven el producto terminado. El compromiso de Biobrush es emitir la menor huella de carbono con procesos amigables con el medio ambiente. Además sus productos no han sido testeados en animales, ni usan componen- tes de origen animal. “Creamos un empaque ciento por ciento reci- clable. El envase se deja en un punto limpio de papel y los filamentos del cepillo se deben des- prender con una pinza o alicate. Y para compos- tar debes retirar los filamentos y separar toda la estructura de bambú en una compostera domi- ciliaria o industrial que se degradará de tres a seis meses. También puedes plantar el cepillo directamente en tu patio y, entre uno a tres años, se transformará en tierra. Se estima que con un cepillo de bambú estaríamos contaminando un 91% menos”. COMPROMISO SOCIAL “Más allá de lo económico me importaba crear un emprendimiento que dejara una huella so- cial. Por lo tanto, cada cuatro cepillos vendi- dos en nuestro e-commerce (www.biobrush.cl ) donamos uno a un sector vulnerable del país, principalmente colegios o fundaciones. Por otro lado, donamos alrededor de quinientos cepillos mensuales a diferentes personas o institucio- nes como a Ecocampus UAndes, enfocados en el reciclaje y la economía circular. También a Mamá Odontopediatra y Fundación Pequeña Sonrisa que prestan servicios a niños de esca- sos recursos, entre otros. Sus precios son bastante asequibles… Sí, la verdad es que hicimos un gran esfuerzo y logramos competir en el mercado (desde $2.790
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