TELL SANTIAGO NOVIEMBRE 2019

Desde su primera exposición colectiva Sí a tres patas , ha pasado bastante agua bajo el puente. Ha exhibido la sutileza de su arte en diversas ferias y espacios culturales y, actualmente, está enfocada en un nuevo proyecto. “Ser artista no solo es el individuo que señala, sino el que genera puentes con mensajes significativos para que las personas conecten entre sí”, afirma desde su casa- taller. Por Macarena Ríos R. / Fotografías gentileza Constanza Coo. Constanza Coo artista “ Vengo de una familia grande, somos siete hermanos. Me acuerdo de los lá- pices de mis hermanas, de dibujar con rouge en el espejo. De muy chica hacía observaciones, del tipo “mamá, mira el color de las nubes, qué belleza esas flo- res amarillas”. Creo que cursaba quinto básico cuando me metieron a clases de pintura, las que me acompañaron a lo largo de los años y que más adelante fueron complementadas con clases de acuarela con el gran Hardy Wistuba. Ese incentivo por parte de mis papás fue nota- ble y a la hora de elegir qué estudiar le di la oportunidad al arte”. Así comienza Constanza, dueña de un discurso profundo y humano, a desmadejar su historia. En paralelo a la carrera de Artes Visuales en el campus Oriente de la Universidad Católica, comenzó a practicar yoga, una disciplina medi- tativa y contemplativa, como dice ella, que ha- bía descubierto el último año del colegio. Y se quiso dedicar a las dos. “Uno para caminar usa las dos piernas. ¿Por qué no tener dos ramas desde las cuales trabajar y generar visiones de mundo y ayuda para la gente?”. Espacios de conexión i i

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