TELL STGO OCTUBRE 2019

T Esta zona estaba llena de empresas, como la Fábrica Hucke, que tenían muchos trabajadores. Así nos convertimos en los primeros en ofrecer distintos tipos de menús en Valparaíso, incluso en la región. Siempre destacó la comida casera y, alrededor de 1978, mi padre compró las máquinas de pasta y helados en Italia”. NUEVOS AIRES “Cuando Giorgio dejó el negocio, tras trabajar catorce años, in- dudablemente el restaurante tuvo que pasar de manos mascu- linas a femeninas. No fue fácil, porque nuestro papá comenzó a los veinte años en este rubro, incluso trabajando diecisiete horas diarias a pulso y pura garra. Como buen italiano, el ritmo de trabajo era muy intenso. Por eso, incluso, luego de retirarse venía todos los días, aunque fuera un ratito. Ahora trabajamos más relajadas, adecuadas a los nuevos tiempos, pero la verdad es que nunca paramos porque hay mucho movimiento y todo el día”, detalla Daniella. ¿Cuál es el mayor desafío? A: Tuvimos la suerte de tomar un negocio que ya estaba for- mado, por eso nosotras nos hemos dedicado a mantenerlo y mejorarlo. Si bien no tenemos que ir a buscar nuevos clientes, ni podemos hacer cambios muy bruscos a la marca, de a poco hemos ido renovando la carta, cambiando el mobiliario y las maquinarias. Pero tampoco podemos cambiar mucho, porque la gente nos reclama (ríe). Tra- tamos de mantener el estilo de siempre con nuestro sello. D: Además hoy no podemos dejar de lado las redes sociales, por eso tenemos nuestro Fa- cebook (@marcopolovalparaiso) e Instagram (@marcopolovalpo), donde vamos informando nuestros menús y novedades a los clientes. ¿Cuáles son sus proyecciones? A: Queremos expandirnos hacia Viña del Mar, pero quizás sólo con los sándwiches. A mis dos hijos les gusta el tema culinario y al mayor, que está terminando ingeniería comercial, le intere- saría mucho continuar en el futuro. Ese es un proyecto a largo plazo, pero que habla del deseo familiar de seguir con esta tradición italiana. 76 tell. cl

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