TELL STGO AGOSTO 2019

71 tell. cl R odrigo Burgos creció junto sus hermanos y primos arreglando bicicletas o trabajando en la tienda de su papá. Dice que siempre en su infancia y juventud hubo alguna relación con este negocio familiar. Tanto, que ha perdurado por más de sesenta años y hoy, desde Miami, donde vive junto a su familia, conduce una empresa emblemática en Chile que quiere ser “agente de bien” —como le gusta decir— para el país. La historia es así. Su abuelo, Julián Burgos, su tío abuelo, Guillermo, su padre Julián y su tío Ricardo, fundaron una fábrica de bicicletas en Arica. Corría el año 1954 y esta familia de talquinos llegaba al norte entusiasmada con la iniciativa del gobierno de Carlos Ibáñez de crear una zona franca industrial. Fue su abuelo el más apasionado por el ciclismo, pero fue su padre quien trajo la idea de fabricar bicicletas desde Saint-Étienne, ciudad a la que había ido a aprender francés. Como siempre había querido estudiar en Oxford, le puso ese nombre a sus creaciones; el nombre de un sueño. ¿Cuál era el contexto de la industria en esa época? Por aquel entonces, la economía era bastante cerrada. Importar era muy caro y se fomentaba la industria nacional. Eso duró hasta los setenta, cuando se generaron cambios estructurales Han pasado sesenta y cinco años desde que su abuelo fundara Oxford en Arica, pero el entusiasmo por las bicicletas no decae. En una industria dinámica y cambiante, han sabido no solo mantener el negocio familiar, sino que hacerlo crecer y expandirse. Aquí, las claves para una marca que marcha sobre ruedas. Por María Jesús Sáinz N. / Fotografías Andrea Barceló A. Rodrigo Burgos sobre ruedas Una Historia presidente de OXFORD fuertes en el país y ahí lo interesante, desde la perspectiva de la historia empresarial, es haber sabido moverse y subsistir. Luego, cuando se aplica el modelo de apertura, Oxford tuvo que reaccionar a eso y comenzar a importar, pero sin abandonar su planta de armado. ¿Siempre en familia? Al poco tiempo de fundada la fábrica de Arica, se desprenden de la sociedad mi abuelo, mi tío y mi tío abuelo, y mi papá se asocia con otra gente. Pero sí, siempre en manos de la misma familia. ¿Fundamentalmente de tu padre? Sí. Mi papá era un empresario muy de su negocio, de leer entre líneas, con mucha claridad. Siempre dijo que más que ser inteligente hay que ser trabajador, y desde los diez años yo empecé como ayudante de mecánico en la tienda que todavía tenemos en Manuel Montt, muy cerca de donde vivíamos. Siempre hubo ese vínculo con la empresa y después, ya estudiando Ingeniería Comercial, me involucré más en el negocio. Sin embargo su propia relación con la empresa no ha sido ininterrumpida. Rodrigo decidió hacer su vida en Estados Unidos, donde llevó una destacada carrera en la firma de tarjetas de crédito Visa. Mientras vivía en Miami, la administración de Oxford la llevaba su papá, su cuñado y luego su hermano.

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