TELL STGO AGOSTO 2019
43 tell. cl ¿Ella fue quien lo impulsó a conocer la sabiduría popular? Ella me dijo una vez, en un momento de intercambio de palabras ásperas y duras entre los dos: “usted es un pituco de mierda que nunca va a entender a su pueblo” y para mí eso fue un desafío. ¿Qué le contestó? También la mandé a la mierda. Muchas veces me han preguntado por qué seguí con ella si me trataba tan mal. “Por el privilegio de estar al lado de una persona como ella”, digo yo. Ella me abrió la puerta de la cultura popular. Me dijo: se acabaron los sabios arriba, tal vez estén abajo. Y efectivamente, conocí algunos sabios popu- lares anónimos, que no pretendían dar conferencias ni nada, pero que eran muy respetados por la comunidad y su familia. Y eran un ejemplo para mí. Eran hombres valientes, fuertes físicamente, que tenían una visión del mundo espiritual y ética. Me he llevado unas tremendas sorpresas de lo que me dicen. Cristián Fernández, tomó una iniciativa en el sur que a mí me tiene muy impresionado. ¿Sabe lo que hizo?, les enseña a un grupo de jóvenes a sobrevivir en la naturaleza (el proyecto se llama Parque Escuela Kaikén), y los lleva a estos bosques, lagunas y cumbres nevadas para que tengan una experiencia con ella, desde recoger la leña, hacer el fuego, la comida, hasta compartir y conversar. Eso ha tomado mucha fuerza. Incluso se han interesado desde Brasil. Claramente sembró una semilla en ellos con su legado Así es, y fue en esta propiedad. Cuando eran chiquititos, los llevaba al bosque de los paltos y les contaba cuentos sobre las hadas, los brujos, los castillos medievales; hasta les enterré un tesoro y ellos lo desenterraron creyendo que efectivamente se trataba de uno. Eran monedas de plata chilena de los siglos XVIII y XIX que escondí dentro de una caja de fierro. Debe haber un tesoro por aquí, les dije. Búsquenlo. Lo encontraron y se volvieron locos. Uno de mis nietos, que tendría unos cinco años, me dijo: que la noticia no se divulgue para que no vengan los piratas a quitarnos el tesoro . De todos los refranes, ¿cuál es el que más lo identifica? Una serie, que justamente tiene que ver con el conocimiento de sí mismo. “Quien no se conoce a sí mismo, a sí mismo se asesina”, “quien conoce a su corazón, desafía a sus ojos”, es decir, no se basa en la apariencia, “el ojo verá bien, siempre que lamente nomire por él”. Esos tres refranes me han llamado siempre la atención. La filosofía siempre ha estado presente en su discurso. Si el tiem- po volviera atrás, ¿estudiaría filosofía? Yo creo que sí, fíjate; creo que fue un error haber estudiado derecho. En Viña había muy poca orientación y si habías nacido en cierto nivel social, tenías que ser un profesional distinguido y yo no tenía otra opción. “Te vas a morir de hambre con la filosofía”, me dijo mi padre. Y la descarté inmediatamente. ¿Cuál es su opinión sobre el destierro de la Filosofía y la Historia en la enseñanza media de los colegios? Creo que es una jugada del sistema, que va a ir controlando cada vez más a la población. La filosofía y la historia te van desarrollando el pensamiento crítico. Y eso al sistema no le conviene. Los últimos ensayos de Heidegger en ese sentido son lapidarios, para qué de- cir del filósofo coreano Byung-Chul Han, cuya crítica es muy aguda y profunda frente al sistema actual. Tu escuchas las opiniones de José Joaquín Brunner, por ejemplo, frente a la misión de la universi- dad y él dice “formar capital humano competente”, “impartir ense- ñanza en las áreas de ciencia y tecnología y proyectarlo en el sector productivo”. Y yo me pregunto, ¿dónde está el hombre? Si tuviera el poder de hacer cambios en el área de educación, ¿qué haría? Escogería personas, que si bien valoren la ciencia y la tecnología, le dieran un desarrollo grande a las humanidades, sobre todo historia, filosofía, letras, sicología y teología. ¿A quién admira? Los hombres que yo admiraba se fueron ya. Recuerdo a Violeta Pa- rra, que era un faro de la cultura popular en Chile, pero también se fue. Mucho se ha especulado sobre el significado de su fatal decisión de irse. Por lo que se sabe en su carta, ella no se mató por amor, sino por el estado del mundo, por la imbecilidad de los hombres. Eso lo hace aún más grave.
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