TELL STGO AGOSTO 2019
Hace dos años descubrió la grulla e hizo de ella su arte. Doblando papeles unió a toda una comunidad escolar y desde ese día investiga, ensaya y crea a partir de este pájaro de lugares abiertos, que viene cargado de simbolismo. Veintidós pliegues que hoy dan vida a una renovada expresión artística. Por Carolina Vodanovic G./ Fotografías Andrea Barceló A. C ada 6 de agosto —el mismo día en que EE.UU. lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima—, mi- les de grullas de papel llegan hasta el Parque de la Paz en esa ciudad nipona, y son colga- das junto a la figura de Sadako Sasaki, una niña japonesa que tras enfermar de cáncer producto de la radiación, rogó a los dioses por su sanación y comenzó a hacer mil grullas de papel, con el an- helo de curarse. No lo logró, pero sus amigos y familiares continuaron su labor y desde ese día, en el mundo entero, las grullas son consideradas símbolo de esperanza, longevidad y paz. María José De Laire sabía de esta historia y le hizo sentido cuando, hace dos años, en el colegio de sus hijas —The Grange School—, dos alumnos enfermaron de cáncer. “Como comunidad esco- lar decidimos hacer algo transversal a todos los credos, y ahí salió la campaña de las mil grullas. Nos organizamos, hicimos volantes, pendones, nos reunimos en la cafetería del colegio, enseña- mos a hacer grullas, se armaron grupos de volun- tarias… en dos semanas, y con la participación de todos, hicimos tres mil quinientas grullas. Fue realmente maravilloso”. Fue así como esta psicóloga se reencontró con su veta artística y desde este pájaro de patas largas, cargado de simbolismo, empezó nuevamente María José De Laire PLEGANDO EMOCIONES
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