TELL SANTIAGO AGOSTO 2018

MUNDO EMPRESARIAL carla garcía Carla García Peluches, tarjetas de saludo, pergaminos con poemas, esquelas de Sarah Kay, calcomanías de Garfield y un sinnúmero de artículos que hoy recordamos como “ochenteros”, formaban parte del universo de Village que, en pleno 2018 y apelando a los mejores recuerdos de un Chile que desapareció, quiere renacer para recordarle a todos cómo era hacer un regalo con cariño. Por María Jesús Sáinz N. / Fotografías Andrea Barceló A. Village El renacer clásico P arece imposible, pero en los años setenta y ochenta hacer un regalo en Chile no era tarea fácil. Chocolates en barra, lapiceras o perfumes parecían ser las únicas alternativas en un mundo sin grandes centros comerciales, ni tiendas de departamentos ni, mucho menos, comercio a distancia. Sin embargo dos hermanos diseñadores, Marcos y Daniel Gleiser, que habían comenzado con un modesto negocio de tarjetas de navidad, vieron la necesidad de hacer regalos que expresaran sentimientos y crearon Village, una tienda donde no sólo se vendían tarjetas de saludo, sino que también esquelas, pergaminos, papelería, lápices y los clásicos peluches. Surgió el lema “Dígaselo con Village” y con locales en Ahumada, Huérfanos, Providencia, Apumanque, Parque Arauco y Alto Las Condes, más su presencia en regiones y franquicias en Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Ecuador, se posicionó como el lugar por antonomasia a la hora de buscar un regalo. de un

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