TELL SANTIAGO AGOSTO 2018
44 tell .cl entrañables que viven en Ravello, un pueblo de la costa amalfitana. Cua- tro años después volvió al matrimonio de ellos. Y en los años venideros, jamás dejaría de ir a visitarlos. Un día decidió vender todo y tomarse un año sabático, que se transfor- maría en siete. ¿El destino? Ravello. “Conocí la vida de campo a pequeña escala: coseché hortalizas, tomates, vinos orgánicos. El día a día trans- curría entre cocinas y huertos de amigos, aprendiendo a hacer aceite de oliva, panes, pizzas y pastas. Y eso me llevó a replantear toda mi vida. El 2006 me vine a Chile, compré esta casa, y me reencanté con Valparaíso. Lo que en un principio iba a ser un proyecto arquitectónico fue mutando hasta llegar a lo que es hoy: Malandrino”. Construyó un horno de barro, tal como había visto hacer en Italia, puso cinco mesas, ofreció cuatro variedades de pizzas y se lanzó. “Abrí el pri- mero de mayo del 2009. Era el único restorán abierto en el cerro y se llenó de amigos”. ¿Quién te enseñó a hacer la pizza? Aprendí en Italia, con un muy buen amigo, Luca, un panadero apasiona- do por la simpleza, cuyo padre tiene un restorán en Ravello. ¿El secreto está en la masa? La masa es fundamental, pero también es fundamental el tomate, la temperatura del horno, la homogeneidad del calor, el espesor de la masa, la cantidad y calidad de los ingredientes. Pero algo tiene que tener tu pizza Margherita que te hizo ganar el recono- cimiento a la mejor pizza en el programa Semplicemente Pizza. Yo creo que premiaron lo que hay detrás. Uno de los jueces dijo que le había sorprendido gratamente probar una pizza con harina chilena. SEMPLICEMENTE PIZZA A fines del 2017 contactaron a Patricio para el programa Semplicemente Pizza. “El modelo era rescatar las mejores pizzerías de las ciudades más re- presentativas de la pizza en el mundo: Sao Paulo, Barcelona, Nueva York, Nápoles, Buenos Aires y Santiago. Yo fui el representante de Chile. El progra- ma duró dos meses y la experiencia fue increíble. Es como si yo hubiera ido a hacer un stage a cada una de esas pizzerías pero sinmoverme demi casa. Todos en la misma, hablando el mismo idioma, queriendo ir más allá”. ¿Qué consejo te dieron los demás pizzaiolos? Cuando conocieron mi local, uno de ellos me preguntó qué hacía con las cenizas. Le contesté que las sacaba, las metía en un tarrito y las ANTES Corría el año 1991 cuando partió a Florencia a estudiar restauración de arquitectura. “Esa fue la excusa para ir a Italia y recorrer pueblitos de la Liguria, conocer a mis ancestros, las iglesias donde habían sido bautizados mis tatarabue- los, y parte de mi historia”, recuerda. Aprovechó de recorrer Europa y en Turquía co- noció a Gino y Graziella, una pareja de amigos La masa es fundamental, pero también es fundamental el tomate, la temperatura del horno, la homogeneidad del calor, el espesor de la masa, la cantidad y calidad de los ingredientes”. Fotografía gentileza Susana Castillo
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