TELL SANTIAGO AGOSTO 2018
LOOK urbano E staba con unas amigas, compartiendo nuestro sagrado martes de hora de almuerzo, cuando una de ellas reparó cómo ha ido la moda, poco a poco, extendiéndose en el mundo de los niños; ya mis hijos están grandes y francamente no había prestado atención. ¡Y tiene razón! En una revista vimos, por lo menos, tres publicidades fotográficas de casas comerciales con estos nuevos niños modelos y potenciales clientes. “La infancia se arranca a pasos agigantados”, dijeron algunas; otras lo tomaron más tranquilas pensando en el despertar más precoz de una cierta personalidad. Otras, como yo, pensamos que esta ola gigante llamada globalización nos tiene atrapadas, engatusadas ante todo lo que nos llega y podemos acceder. Los niños tienen hoy un acceso inmenso al mundo tecnológico, están bombardeados de música, imágenes, color, movimiento y si unimos todo estos ingredientes el resultado es parecido, tanto en el norte como en el sur del mundo. Entonces aparecen esos grandes creativos de marketing y ventas preguntándose ¿qué quieren los niños? Los niños quieren ser grandes, quieren identidad, les ofreceremos algo que los haga sentirse grandes e importantes. Antes nos rodeaban ropas con colores violetas, muchos tonos rosas, nórdicos, temas espaciales, monos y monitos que han hecho suspirar a nuestros hijos, pero lo que hoy la lleva es estar vestidos como papá y mamá. Moda en modo niños Por Shila Aldunate No hace mucho la distinción era grande entre los hijos y los padres. Hoy todo es cercano, por eso la relación padre–hijo también lo es, la sensación de ser iguales. Se replica en todo: parcas, chaquetas botas, calzas, jeans pitillos desgastados y con parches para niños y niñas; con algunos brillos para las petites féminas junto a poleras y polerones, camisas de tela denim o escocesas y calzando zapatillas y mas zapatillas, toda la familia vestida prácticamente de la misma forma. Los niños pasaron a ser maravillosos clientes, ellos deciden qué quieren vestir y si no… pobre de ti. Ellos no tienen problemas a la hora de escoger y no tienen el drama de la generación pasada que compraba a escondidas. Pero todo tiene su lado bello. Díganme la verdad: ¿cómo reaccionamos cuando a nuestro bebé recién nacido lo vemos de jeans y zapatillas? ¡Me lo como de exquisito! ¡Hasta la próxima! 18 tell. cl
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0