TELL SANTIAGO JULIO 2019

29 tell. cl Hace algunos años, motivada por la gente del Barrio Puerto y el padre Gonzalo Bravo de la iglesia La Matriz, escribió Rostros con rastro , un libro de poemas inspirado en la gente de la calle que va al Comedor 421. Una mujer con un pasado difícil, pero con una resiliencia y alegría de vivir impresionantes, que trabaja por y para los más desprotegidos de la sociedad. Esta es su historia. Por Macarena Ríos R./ Fotografías Andrea Barceló A. E s jueves por la mañana y el frío porteño cala los hue- sos. La puerta del Comedor 421, a un costado de la iglesia La Matriz, en Valparaíso, está abierta. Poco a poco, va entrando gente a tomar desayuno. Algunos arrastrando los pies, con la vida a cuestas. Otros, flanqueando el umbral por primera vez. Todos son bienvenidos. Normita, “la de la sonrisa bonita”, como le dicen, está feliz, más que de costumbre. Acaba de comprar cuatro bandejas de huevos con los diez mil pesos que le regalaron y preparó huevos revueltos con cebolla. “Acá en el Comedor vienen a buscar la tibieza del café, de alguien que los llame por su nombre, no por su apodo, que les pregunten cómo están. Y es bonito porque te das cuenta de que la gente, más que con frío, viene con tristeza, con desilusión, con sufrimiento, en soledad”. Norma va a cumplir veintiocho años como voluntaria del Comedor, uno de los servicios de ayuda más antiguos y reconocidos del puer- to, pero que extrañamente no cuenta con subvención estatal, sino que funciona a través de donaciones. ¿Qué te mueve? Cambiar la desesperanza por esperanza, que sientan que no están solos.Queenalgúnmomentoellospuedanencontraresasonrisaque perdieron alguna vez, las ganas de vivir, porque a veces andan como zombies. No todos quieren estar en la calle. Hay gente que quiere cambiar pero no puede, porque no hay redes, no hay familia que apoye. La gente que está en la calle no es ignorante, te encuentras LA poeta del puerto Norma Bernales voluntaria

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