TELL SANTIAGO JUNIO 2019

46 tell. cl R oberto Díaz viene a Chile en me- dio de una exigente gira por varias ciudades del mundo. Solo en este mes, previo a su llegada a Temuco —primera parada en nuestro país—, deberá dar conciertos en Filadelfia, Ciudad de México, Arequipa y Lima. Nada extraño para quien es considerado uno de los mejores in- térpretes de viola del mundo. Sin embargo, esta gira no es como cualquier otra. Viene en compañía del pianista chino-estadouni- dense George Xiaoyuan Fu y la clarinetista españo- la, estudiante del Curtis Institute, Tania Villasuso. Presentarán obras de Mozart, Schumann, Hagen y Bruch en el llamado “Curtis on Tour”, iniciativa instaurada por él, en 2008, que está basada en la filosofía de “aprender haciendo”. Presentará, ade- más, el Concierto para Viola , de Roberto Sierra, junto a la Filarmónica de Santiago, como parte de la temporada oficial del Teatro Municipal. La idea de estas presentaciones es dar a los estu- diantes experiencias de giras profesionales reales, junto a exalumnos y profesores célebres. Es, por sobre todo, una instancia de educación el tema que ha movido a este chileno por décadas. No por nada ha sido presidente, desde el año 2006, del Curtis Institute of Music de Filadelfia, Estados Unidos. Hay en él auténtica pasión por formar a los jó- venes en la interpretación musical. Por esto no demora en decirnos que “le gustaría tener en estos conciertos la mayor cantidad posible de jóvenes y, ojalá, estudiantes de música, para que puedan estar más expuestos a la música clá- sica y al rendimiento musical”. LOS PRIMEROS PASOS Roberto Díaz nació en Santiago, en el seno de una familia de músi- cos profesionales. Su madre era pianista y su padre, Manuel Díaz, llegó a ser el primer violista de la Orquesta de Cámara de la Uni- versidad Católica. Es decir, el sonido de la viola y su potente poder expresivo, siempre estuvieron presentes en su casa y en su niñez. No era de extrañar, entonces, que desde muy temprano sintiera atracción por la música. ¿Qué le gustó de la viola? Creo que si le haces esta pregunta a otros violistas, la mayoría res- ponderá que es su sonido lo que los atrajo en primer lugar. Y ese es ciertamente mi caso, pero también tuve acceso a dos grandes figuras de la viola. Uno fue mi profesor, mi padre, y el otro fue su maestro, William Primrose. Me gustaría tener en estos conciertos la mayor cantidad posible de jóvenes y, ojalá, estudiantes de música, para que puedan estar más expuestos a la música clásica y al rendimiento musical”.

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