TELL SANTIAGO JUNIO 2019
No son más de veinte las familias vivientes de la caleta, aunque durante el tiempo del pelillo fueron muchasmás. Ocurreque, ademásde lamarea roja, la educación también influyó en la disminución de población porque la Escuela Pública de Inío sólo llega hasta octavo y para continuar con la enseñanza media hay que migrar a una ciudad cercana, razón por la que muchas familias han dejado sus casas en abandono. “Los papás se van detrás de los hijos y después se acostumbran y se terminan quedando en la ciudad. Creo que por la comodidad, porque los inviernos acá son largos y duros, se han llevado gran parte del borde costero y, además, siempre hay que estar navegando más de cinco horas para ir a comprar víveres y conectar con la isla y el continente ”, explica Miguel Nenen, guardaparque de Tantauco y dueño del único almacén del lugar que, entre otras cosas, abastece la cocinería de Silvia. Agrega que, hasta el 2001, la escuela tenía treinta y nueve alumnos y hoy sólo cinco se preparan para los estudios superiores. EL CIPRÉS QUE NUNCA DEJA DEMIRAR EL GOLFO Si bien el trekking o la avioneta —única alternativa de visitar Inío por el día— son opciones atractivas, son también exclusivas ya sea por el elevado costo del vuelo o por la alta experiencia que necesita la caminata, de ahí quemuchos prefieren navegar en “Coral I”, la lancha que el Ministerio de Transporte dispuso para este viaje, hace tres años, por poco más de mil pesos. Cinco horas mar adentro contemplando hermosos paisajes, siempre que la mar esté calmita, como dicen los locales, es una aventura que también vale la pena vivir y acrecienta esta sensación de aislamiento que genera estar en Inío.
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