TELL SANTIAGO JUNIO 2019

¿Cómo así? En esa asamblea se paró una señora en el es- cenario que nunca se había atrevido a hablar en público. Ella, que jamás había sacado la voz, se puso a vender su proyecto, a creerse el cuento. “Yo soy una emprendedora de la miel”, dijo. Y el marido, que antes la criticaba, ahora la aplau- día. Cambió la relación ahí. Cambió la manera de sentir, de ver, de ser. Fue un trabajo de em- poderamiento y de confianza tremendo. Justo lo que dice Sebastián: “la innovación ocurre cuan- do se cambian las relaciones sociales”. ¿Qué se necesita para ser un agente de cambio? Trabajar con empatía, trabajar en equipos y ejercer un liderazgo horizontal, integrar al otro, salir de la realidad de uno mismo. ¿Cómo ves a la juventud de hoy? Los veo bien polarizados. Por una parte, están los que lo quieren todo y, por otra, los que no quieren nada. Yo creo que algunos están mucho más conectados con un propósito; como dice Nico Morales de Pegas con Sentido, “estoy aquí para algo más, quiero una pega por algo más”. ¿Y a los “ninis”? A los “ninis” los veo completamente cómodos, sin un rol activo como transformadores socia- les. El movimiento R2515 de jóvenes está pen- sado justamente para ellos, para motivarlos, mostrándoles historias y testimonios inspira- dores de otros jóvenes que aportan, crean va- lor, hacen frente a los cambios para crear un mundo más justo. Nuestra métrica de impacto es que alguien se conecte con alguna de esas historias y diga ¿y por qué yo no? ¡Sí se puede! ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado? Cuando estaba partiendo en Ashoka, Marianne Müller me dijo que había que entender el lideraz- go femenino ni mejor ni peor que el masculino, sino que distinto. Cuando estás en roles de lide- razgo, la gente espera que lideres hablando fuer- te, siendo “cabrona” y ese no es mi lenguaje, no me siento cómoda. Mi lenguaje es menos com- petitivo, más piola. Siento que la mujer en car- gos de liderazgo en empresas grandes no puede equivocarse y desde esa inseguridad de validar- se no puede decir: “¿sabes?, esto no lo sé”. ¿Tu mayor desafío? Como mamá, me desafía hacer algo con una educación más distinta a la convencional, que Nosotros tenemos fellows como el Cote Moller de Algramo que arrancan las raíces y logran ver cosas que nadie ve. Cuando tú escuchas al Jota Larenas de Sistema B, o a Gonzalo Muñoz de Triciclo, te das cuenta de que son un equipo olímpico de transformadores sociales”. esté más abierta a la comunidad. Una educa- ción que potencie desde chiquititos a ser aentes de cambio. Que se conecten con la naturaleza de manera distinta, que se conecten con el éxi- to de manera distinta. Y desde esa lógica, ¿cuáles crees que son las claves para emprender? No he escuchado a ninguno que lo haya hecho a la primera, siempre hay fracasos. Si realmente quieres emprender, el miedo a la equivocación debe irse a la basura. ¿Sigue siendo el financiamiento la piedra de tope? El tema financiero en los emprendimientos es muy heavy . Hay que sacarse el estigma de que porque es un emprendimiento social no puede tener una sustentabilidad financiera. ¿Que se viene ahora? Se viene el movimiento de los jóvenes. Nos ganamos una licitación para salir en afiches del Metro. Con la INJUV estamos lanzando un concurso online para jóvenes sobre cómo ser un agente de cambio. La idea es buscar histo- rias diferentes para seguir amplificando la red de emprendedores sociales en Chile, nuestros fellows . Conectarlos entre ellos y con sistemas públicos y privados. ¿Un agente de cambio que haya quedado en tu retina? Arturo Soto. Él nació en una población antofagas- tina marcada por la droga y la delincuencia. Sin padre, vivía con la abuela en una casa abando- nada. Pero algo le pasó en su historia personal que quiso salir adelante y desmarcarse de su destino. Lo único que tengo es el mar, se dijo, y es gratis, me tengo que transformar con él. Y terminó haciendo una escuela de bodyboard . Sin estudios universitarios, está logrando un cambio sistémico increíble en Antofagasta. Eso es lo que me gusta, estudiar esa historia, ver qué hay en ella para poder reproducir esas mismas condicio- nes en otros jóvenes que están perdidos y cómo despertarlos, más allá de hacer convenios. Si Ar- turo Soto lo pudo hacer, con toda la adversidad, ¿cómo yo no puedo? Dar justicia social a través de facilitar los componentes que hacen a una persona agente de cambio. Y ese es justamente el lema de Ashoka: everyone is a changemaker . Cómo construimos un mundo en el que todos seamos agentes de cambio. 47 tell. cl T

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