TELL SANTIAGO MAYO 2019

E l 2006, un grupo de jóvenes viñamarinos buscaba la forma de usar la tecnología para hacer la agricultura más eficiente. Pero la tarea no era fácil en una época en que el iPhone ni siquiera se había lanzado y el uso de los celulares era mucho menor al de hoy en día. Contra todos los pronósticos decidieron adelantarse a lo que había en el mercado y crearon la platafor- ma DropControl, Wiseconn, una red de monitoreo y control en terreno, compuesta por nodos interco- nectados y un software . Estos envían información entre sí hasta un nodo central llamado Gateway, que es el encargado de comunicar la red con un servidor web. “En palabras simples, creamos equipos de monito- reo y control de campo llamados Nodos (tres mode- los), que se comunican entre sí paramanejar desde el control de válvulas de agua hasta cuánto fertili- zante se le agrega al riego. Todo con una plataforma de soluciones web y aplicaciones móviles para tra- bajar desde la nube desde cualquier smartphone ”, señala Cristóbal Rivas, CEO, ingeniero civil electróni- co UTFSM, quien lidera de la empresa y desarrollo de productos. Junto a él trabajan sus amigos y excompañeros del Colegio Mackay, Luis Felipe Escobar, gerente de operaciones, ingeniero civil industrial UAI a cargo de producción y soporte técnico. Y Guillermo Valenzue- la, gerente comercial, ingeniero comercial de la UAI y quien está cargo de la empresa en California hace cuatro años. Además de José Ulloa (excompañero de su universidad), gerente de desarrollo, ingeniero civil electrónico UTFSM y líder del equipo de desa- rrollo tecnológico. La fábrica donde ensamblan y prueban todos los equipos se encuentra en el sector El Salto de Viña WiseConn es una empresa viñamarina que busca cambiar la agricultura y la forma de regar, con tecnologías de la información, desde la nube. Hoy crea y vende tecnología propia en Chile, Perú y EE.UU ., especialmente en California, donde tienen un punto estratégico hace cuatro años y el cincuenta por ciento de sus operaciones. Por María Inés Manzo C. / Fotografía Mariela Sotomayor G. y gentileza de WiseConn del Mar. También está el soporte técnico (con aten- ción veinticuatro horas) y los ingenieros de desarro- llo, profesionales de la Universidad Técnica Federico Santa María, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y DUOC que son el corazón deWiseConn. Ahí trabajan alrededor de treinta personas, otras diez en Santiago, donde se encuentra la oficina comercial y doce más entre Fresno y Los Ángeles, California. “El nombre WiseConn nació como un juego de pa- labras de wireless sensor connection (conexión de sensor inalámbrico), que es parte de lo que hace- mos todavía y wise (sabio) conn (conexión)”. VISIONARIOS “Estábamos en la casa de campo de mi hermano cuando mencionó que quería colocar ‘riego tecnifi- cado’ a sus terrenos y en verdad era sólo riego por goteo. Nos dimos cuenta cómo en la agricultura no había tanta tecnología, no porque no fuese po- sible, sino porque tiene dificultades que van más allá de lo técnico, como es el clima, la humedad, el tipo de terreno, etc. En general, la agricultura es un negocio muy complejo y con una dinámica bien particular, aquí y en todas partes del mundo. Pa- ralelamente estaban naciendo los celulares inteli- gentes y ‘la nube’, es decir, operar con los datos en la red, sin necesidad de almacenar la información en el disco duro de un computador. Así comenza- mos con la idea de llevar tecnología de automa- tización a los campos en tiempos que aún nadie entendía bien lo que era”. ¿Postularon a algún fondo para financiarse? Sí, hemos postulado a un montón de fondos y la CORFO nos ha dado apoyo, pero la verdad es que no alcanza. Por eso tenemos un inversionista pri- vado que se ha puesto con muchas lucas. Pasaron un par de años sin vender mucho, de tocar puer-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0