Santiago mayo 2018

50 tell. cl Puedo decir que me levanto cada día como si fuera a jugar el último partido de mi vida. Mi proyecto ha sido sumamente entretenido y si bien he dormido mal y he tenido problemas, ha sido increíble porque veo los efectos de lo que estamos haciendo y eso me hace mucho sentido”. decisión de su vida. “Llegué lleno de supuestos, yo decía conocer la pobreza —había trabajado seis meses en India en un tema de prostitución y esclavitud infantil— y lo que viví en ese liceo fue un golpe de humildad. La pobreza en cada sitio tiene una cara distinta… fue tan heavy el efecto del Liceo Piedra Azul, que ahí encontré mi vocación”. En noviembre de 2012, Sebastián se lanzó con su proyecto y creó una empresa con certificación B, que a la fecha ha impactado a más de cincuenta mil personas. El foco de Actitud Lab es el desarrollo de habilidades socioemocionales en las personas, y para ello hoy intervienen en el aula de clases y en las empresas, con veintidós metodologías de trabajo. “A nosotros nos llaman de un colegio porque hay problemas de bullying , mala convivencia escolar, poca autonomía, niños con falta de habilidades, poco validados, y en todos esos casos lo que hacemos es desarrollar habilidades que les permitan, entre otras cosas, formar carácter. Que cuando a ese niño le salgan a ofrecer droga diga ¡no, yo no voy a fumar!”. ¿Trabajan directamente con los niños? Con los niños y con los docentes. En nuestras intervenciones lo que hacemos es mostrarles el potencial que tiene cada uno de esos niños y ofrecerles experiencias que generen cambios. Cuando nos toca trabajar con los profesores, nos damos cuenta de que en cuanto se conectan con su vocación, desaparece el niño malo; ¡un profesor motivado le enseña a leer, incluso, a King Kong! Tenemos programas de formación más largos, dieciséis o treinta y dos sesiones, y dictamos cursos de emprendimiento, innovación, liderazgo, vocación, incluso autodescubrimiento a partir de sexto básico. Lo más importante es, sin duda, que el director esté alineado porque esto genera un cambio en la cultura organizacional del colegio, hay un cambio en el mindset . Y es que la vida de Sebastián ha sabido de matices. Quiso ser jesuita, luego doctor, finalmente estudio leyes, fue uno de los fundadores de Un Techo para Chile, trabajó como profesor de Infocap y hoy se dedica a la educación a través de su emprendimiento, Actitud Lab. “Ha sido un largo camino para encontrar lo que realmente me hace feliz. Puedo decir que me levanto cada día como si fuera a jugar el último partido de mi vida. Mi proyecto ha sido sumamente entretenido y si bienhedormido mal y he tenido problemas, ha sido increíble porque veo los efectos de lo que estamos haciendo y eso me hace mucho sentido”. ACTITUD LAB Fue el día que llegó a hacer clases de liderazgo e innovación a un liceo técnico profesional en Puerto Montt, un proyecto impulsado por la Universidad Adolfo Ibáñez, que tomó la gran

RkJQdWJsaXNoZXIy NDQ4NTc0