TELL SANTIAGO ABRIL 2019

29 tell. cl Nacida en Santiago, estudió literatura, fue docente de la UC y traductora de la ONU antes de convertirse en la primera mujer a la cabeza de la institución que rige el habla de los chilenos. También es una reconocida ensayista. Su mirada sobre el castellano, el lenguaje inclusivo y los desafíos de su cargo. Dice que hay una deuda literaria con las mujeres, entre ellas, Violeta Parra, a quien considera “uno de los poetas más grandes de Chile”. Por Francia Fernández P. Fotografía Andrea Barceló E s una obviedad, pero podría no serlo. A Adriana Valdés (75), la flamante directora de la Academia Chilena de la Lengua —primera mujer en el cargo, en 133 años—, se le dan bien las palabras. Es una gran conversadora y también la autora perspicaz de ensayos como Rede- finir lo humano: las humanidades en el siglo XXI (edi- torial UV), en que analiza el estado actual de disciplinas como la filosofía, frente a un modelo económico que tiende a desdeñarlas. Licenciada en Literatura y exdocente de la Universidad Católica, donde se formó, en otros tiempos fue traductora de las Naciones Unidas y directora de la División de Documentos y Publicaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con sede en Santiago. Sentada, entre libros, en una biblioteca de pelícu- la, recibe a Tell con su melena plateada y sus ojos claros, y cuenta que está leyendo tres libros a la vez: uno de Samantha Schweblin, otro de Lina Meruane y un tercero de Ernst Jünger. Además de la lectura, a esta mujer, que es madre de tres hijas —una doctora, una El poder de la palabra Adriana Valdés directora de la Academia Chilena de la Lengua

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