TELL SANTIAGO MARZO 2019
81 tell. cl H ace casi un año que Sebastián Bercovich está a cargo de Privilege como gerente general. Antes lo hizo su padre, y antes de él, su abuelo, y así por cuatro generaciones. “Es un tremendo orgullo que la familia haya confiado en mí para seguir con esta gran empresa”, dice, aunque tam- bién reconoce que es una enorme responsabilidad, por- que está en juego el patrimonio familiar. Cuenta que su bisabuelo, León Bercovich, partió con una peletería en el centro de Santiago, en la calle Bandera, en el año 1918. Por muchos años, la tienda llevó el nombre de Bercovich Modas. Luego de un tiempo, pasó de vender pieles a ser una sastrería. “Desde chico escuchaba que las primeras tiendas atendían a la aristocracia chilena. Era una época donde todo ocurría en el centro de Santia- go”, recuerda. En los años cuarenta, su abuelo Arturo empezó a trabajar de junior en la tienda con su padre y, en 1947, abrió una tienda en la calle Huérfanos. Por algunos años convivió BercovichModas con Privilege Boutique, la primera como sastrería y la segunda vendiendo colec- ciones de alta costura que eran traídas de Estados Unidos y Europa. ¿Cuándo comienza Privilege como lo conocemos hoy? Ya a fines de la década del sesenta e inicios de la década del seten- ta, con la incorporación de mi padre, Alex Bercovich, a la empresa, y la apertura de una tienda Privilege en avenida Providencia, comien- za la expansión que da inicio a la historia de la marca. Con veintitrés locales en todo el país y en manos de la misma familia por ciento un años, Privilege ha logrado mantenerse en un mercado donde la competencia con grandes marcas es dura. La clave, ser una empresa donde se mezcla el deseo de vestir a la mujer chilena y el orgullo de seguir adelante con el sueño familiar. Por María Jesús Sáinz N. / Fotografía Andrea Barceló A. Sebastián Bercovich EN FAMILIA Privilege ¿Tienes recuerdos de niño de la tienda? Recuerdo que mi papá me llevaba a recorrer las tiendas cuando yo era chico. Debo haber tenido cinco años en esa época. Privilege no tenía más de cinco o seis tiendas. Incluso íbamos los sábados y yo me entretenía recogiendo de las alfombras los alfileres que las compostureras botaban mientras arreglaban las prendas de las clientas. Todavía hay gente que trabaja con nosotros que se acuerda de esos años. CUESTIÓN DE FAMILIA Hoy Sebastián trabaja junto a Jeanette Bercovich, directora ejecutiva de la marca, quien arma las co- lecciones y viaja por el mundo junto a un equipo de compradores buscando las tendencias y productos adecuados para abastecer las tiendas en cada temporada. Además, para asegurar que los objetivos e ideas de la familia perduren en el tiempo, tienen un di- rectorio conformado por Alex Bercovich, su padre, quien fue gerente general de la empresa por más de treinta años y hoy es presidente del directorio, Tomás Bercovich, su hermano, y Matías Alcalde Bercovich, hijo de Jeanette.
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