TELL SANTIAGO MARZO 2019

guiente destino fue el Instituto Europeo de Diseño en Barcelona. Ahí creó su marca, inspirada en su mascota Pedrito, un bulldog inglés. “En esa época, el 2014, me invitaron a un matrimonio en Las Tacas y me quería lucir con algo mío, así que me diseñé un vestido. Pero tenía que ser perfecto. Tenía que representarme, el color, la tela, la forma, todo. Una amiga catalana me presentó a una señora que cosía ropa de alta costura. Durante tres meses lo fuimos armando enmi cuerpo y paramí eso fue lomejor, porque hablábamos las dos el mismo lenguaje. No había un papel en la mesa que me dijera lo que tenía que hacer”. ¿Cómo era? Fue un vestido de encaje con seda. Yo tenía veintiún años. ¿Y funcionó? ¡Funcionó! ¿Qué aprendiste en Barcelona? Siempre digo que en Londres experimenté, pero que las coleccio- nes las hice en Barcelona. ¿Qué aprendí? Aprendí de la libertad, del relajo, aprendí a conocer diferentes realidades y estilos sin importar nada más. A soltar los prejuicios, a no juzgar. Y a diseñar fuera del molde. “Al principio me tiré con sedas italianas y encajes franceses. Y color. Mucho color, fuertes y también paste- les. Me gustaba verlos todos juntos”. Me gusta moverme en un mundo más curioso y atrevido”. 30 tell. cl ¿Por qué te fuiste de Chile? No terminé la carrera porque aunque me encan- taba, empezaron con las reglas, que el patrón se hacía de esta manera, que el molde se hacía de esta otra forma, porque si no estaba mal. Y yo me preguntaba ¿no existe otra forma más creativa de sacar un molde? Y eso fue lo primero que apren- dí en Londres: que había más opciones de poder hacerlo, por ejemplo directo en el maniquí. Siento que aprendí tanto que la verdad es que no sé por qué no me fui antes. Luego vino Barcelona. CAPÍTULO BARCELONA Después de un año intenso en Londres —donde aprendió a tener un orden, a pensar más allá y a transitar entre lo excéntrico y lo clásico—, el si-

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