TELL SANTIAGO FEBRERO 2020
la diferencia es que allá son todos iguales. Me refiero a que no hay élites, ni pitutos, ni apellidos que pesen más o menos. Durante un año Isabel disfrutó el arte. Iba a ex- posiciones, a museos, compartía con artistas de todo el mundo. También afianzó su inglés. Pero el regreso se le hizo cuesta arriba. “Cuando llegué a Chile choqué con las galerías de Santiago. Me di cuenta de que mi trabajo y los conocimientos que había adquirido no impor- taban, que tenías que estar en un cierto circuito para poder entrar en las galerías. Fue deprimen- te; en ese momento la única manera de mostrar o vender mi arte era a través de ellas. Entonces decidí encontrar un trabajo estable relacionado con arquitectura”. VOLVER A EMPEZAR Entretanto, Isabel se casó y se fue a vivir al sur, un paréntesis que duró cuatro años y que la mantuvo alejada de las pistas. “He tenido muchas épocas y series. Pasé mucho tiempo siendo una pintora de figura humana, luego tuve una época de playas, otra época de ciclistas. Este último año, después de ocho sin pintar, me metí a los paisajes. Primero fueron paisajes del sur. El bosque tiene vida, energía, paz, tranquilidad. Te atrae y acuna. Y encontré en la abstracción la libertad de crear mi propio paisaje”. Un cambio de vida la trajo a Viña donde comenzó a pintar de nuevo. “Viña es mi segundo hogar, donde me crié. Desde chica venía con mis papás, en cualquier época del año. Me hice muchas grandes amigas acá, mi adolescencia y juventud los pasé en Viña. Es mi hábitat. Amo el mar, ade- más, y siempre soñé con vivir acá”. ¿Te costó volver a pintar? Confieso que me costó. Al principio, no lograba conectar con nada acá. Para mí no tenía sentido seguir pintando paisajes patagónicos si ya no vi- vía ahí. Pero luego de meditar, caminar, mirar y sacar fotos supe qué era lo que tenía que hacer. Empecé con el mar, con las puestas de sol y de a poco comencé a mirar más y más el cielo y las nubes. Hoy mis cuadros son prácticamente nu- bes al atardecer. Me tranquiliza pensar que se debe ser intensa y medio bipolar para poder ser artista. Que los altibajos tienen un sentido y es que no podría pintar si no sintiera de esa manera”.
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