TELL STGO ENERO 2020

26 tell. cl Ciencias es la materia más linda que podemos enseñarles a los niños, porque la ciencia está fuera y dentro de nosotros, por ejemplo, con los procesos que ocurren cuando nos enamoramos o sufrimos por amor”. vida pasa en cámara lenta, mientras que la mente va a mil por hora. Tuve suerte de cruzarme con una profesora (Gloria Navarrete) que hizo la diferencia. ¿Cómo superaste ese problema? El déficit atencional creo que todavía no lo he superado. Quienes lo sufrimos somos creativos, no tenemos habilidades sociales muy desarrolladas. A mí me cuesta montones adaptarme a los cam- bios, a nueva gente, a nuevos colegas. Toda esta cosa mediática que ha traído consigo el premio ha sido un poco problemática, me genera ansiedad. ¿Y cuando eras niña? Me iba pésimo en el colegio, tenía baja autoestima, no tenía amigos. Mis únicos “amigos” eran Papelucho, Anna Karenina, Tom Sawyer, Martín Rivas. Gracias a esa profesora que se preocupó por mí, yo creo que soy una profesora empática, que enseña desde la educa- ción emocional. Lidiar con temas en un contexto de vulnerabilidad, no es fácil. Soy la única profesora del colegio que hace clases desde primero hasta octavo básico. ¿Cuál ha sido tu mayor logro como docente? Yo enfoco las ciencias en la investigación científica, y mi mayor logro es que mis alumnos se enamoren de la ciencia y desarrollen habilidades y pensamiento científicos. La generación de hoy está ¿Fue algo gradual? Sí. Yo estudié Pedagogía en la Universidad Arturo Prat sede Victoria. Llevo casi dieciséis años ense- ñando. Como profesora básica, Ciencias era una de las asignaturas que daba. De a poco me fui dando cuenta de que tenía habilidades, y me gustaba. Después empecé a especializarme en esto, y acá estoy. Obviamente, hay una influencia paterna. ¿Hubo algo más que te marcara? Cuando salí de cuartomedio trabajé en una unidad de gendarmería en que se rehabilita a los presos, a través del trabajo y de la educación. Yo les en- señé a leer a varios. Y, gracias a esa experiencia, de enseñarles a los internos, decidí dedicarme a la pedagogía, porque cuando ellos aprendían, ocurría algo mágico en mí. El noventa y siete por ciento de los alumnos de la escuela en que trabajas provienen de entornos vul- nerables. ¿Qué te motiva a enseñarles? Yo fui una alumna vulnerable... Sufría de déficit atencional con hipoactividad. No generaba proble- mas en la sala de clases, me quedaba quieta, pero no aprendía. Una característica de esto es que la Gentileza Elige Educar

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