TELL Rancagua Julio/Agosto 2018

85 tell. cl Hoy, con poco más de medio siglo y una basta y reconocida colección de árboles en miniatura, repasa su historia y se siente súper orgulloso. “Tengo piezas que no existen a nivel mundial, están hechas de semilla, y ya con cuarenta y cinco años de vida son consideradas una maravilla… Los bonsái son las únicas obras de arte vivientes y cada año que pasa son más es- pectaculares, pues van tomando proporciones más pequeñas, sus hojas, flores y frutos se achican y, por ende, nunca se termina”. Un trabajo que, sin duda, nunca termina, y que hoy por hoy lo tiene alistan- do maletas para viajar a Nueva York. De ahí parte a Punta del Este, luego a Ibiza y en noviembre a Taiwán, donde montará una exhibición de paisajis- mo sustentable en la Taichung International Flora Exposition. “Me encanta mostrar mi trabajo y que la gente lo disfrute. Siento que lo aprecian porque saben que mis árboles son absolutamente naturales, sa- ben que no sufren ningún tipo de manipulación brusca, y eso lo valoran”. A LA RAÍZ El trabajo de Mauricio Allel sigue los principios básicos del bonsái chino — no japonés—, y allí la intervención es la mínima posible. ¿En qué se diferencia tu trabajo del resto? Nunca me gustó el hecho de que los japoneses trabajaran forzosamente los árboles con alambres. Ellos toman un árbol en pleno crecimiento y lo fuerzan a achicarse cortándole las ramas, los brotes y las raíces. El árbol brotaytodosesosbrotessevancortandoyamarrandoparaformaruntronco rápido; el alambrado es justamente para darle formas de la naturaleza…En el caso de mis árboles, la cosa es al revés, el mío parte desde muy chico creciendo proporcionalmente y se va formando perfectamente, con todo pequeño. Todo el trabajo es minucioso y Mauricio presta mucha atención también a la elección del recipiente del bonsái. “Hay que escoger la base según la pie- za de arte que tengas; es tan simple como buscar un buen par de zapatos para tu tenida. Desde chico me ha gustado tallar; cuando empecé a tener piezas de bonsái que necesitaban ciertas formas de piedra, empecé a bus- carlas y esculpir, hoy trabajo con espuma volcánica, porcelanas chinas y japonesas, además de cristales y maderas”. ¿Requiere mucho cuidado un bonsái? No, el cuidado de mis bonsáis es simple: sólo regarlos diariamente en ve- rano, dos o tres veces a la semana en invierno, y una vez al año traérmelos para mantención. La mantención que se les hace es como ir a la peluque- ría, a algunos se les cortan las puntas, a otros se les limpian las raíces o se les cambia parte de la tierra…Si de ubicación se trata, lo ideal esmantener-

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