TELL NORTE SEPTIEMBRE 2018
20 tell. cl sabella Por María Canihuante Vergara “Si quiero una ciudad, la sueño. Y, luego, la escribo o la dibujo. La misma y loca mano es la que trabaja: esta mano condecorada por la tinta, hermana de las herramientas y verdadera estrella de mi cuerpo”. Andrés Sabella, De la línea y el color. A sí expresaba Andrés Sabella su apego por la plástica. Inclu- so, afirmaba que, curiosamente, había recibido más reco- nocimientos como dibujante que como escritor. Y también contaba que tenía un “arsenal” de unos dos mil quinientos “monos” destinados a regalar a sus amigos en fechas especiales. También sabemos que dibujaba después de almuerzo, “a la hora en que la gente hace la siesta”. Un día dibujaba con tinta china. Al otro día coloreaba con suaves acuareladas. Y todo esto al ritmo de los mejores tangos típicos, porque para escribir escuchaba jazz. Recor- demos que Andrés, en su época de estudiante de Leyes, formó en Santiago el famoso Club de Jazz. Luis Núñez San Martín, pintor nacido en Chuquicamata pero criado en Antofagasta, empezó de niño a pintar, como una manera de ex- presar su rico y sufrido mundo interior, alejado de sus padres. Des- pués desarrolló su vida en distintos ámbitos, manteniendo la pintura como hobby . Un día se decidió: vendió el primer cuadro y montamos su primera exposición en la Casa de la Cultura Andrés Sabella. Lo demás es historia. Hoy es uno de nuestros artistas plásticos más reconocidos, granmuralista, con obras en la Casa Gibbs, en el Teatro Municipal de Antofagasta y en varias localidades de la región. Su arte ha llegado hasta Santiago, donde fue convocado para llenar de luz y color una calle del Barrio Lastarria. Marko Franasovic es otro de nuestros valores en la plástica. Es anto- fagastino, educado en el Liceo de Hombres y la Universidad del Nor- te. Su obra se divide en varias etapas. La primera es muy colorida, detallista, en que los dibujos parecen como en tercera dimensión, distorsionados, como si cada uno de los objetos siguiera su propio camino. Esta etapa refleja diversos espacios antofagastinos, como el Hospital Regional, el MercadoMunicipal, entre otros. Luego tiene una etapa de dibujos intervenidos, lineales, muy creativos. En una tercera etapa, cambia de casa, llega al Barrio Gran Vía y observa el paisaje: el mar, los barcos a la gira que, por una ilusión óptica, de repente parecen “estacionados” en el techo de una casa. Y estas marinas, con una nueva técnica, nos abren unmundo diferente: el color, con la distancia, parece difuminado, bellísimo. Ambos estuvieron en el Café de las Artes del Barrio Gran Vía. Lleva- mos sus obras y, gracias a la autogestión, presentamos fotografías de cuadros, de diversas obras y de su vida personal, para conoci- miento de los vecinos. Este año se presentó un Café de las Artes y el Folclore, cuya reali- zación estuvo a cargo de un grupo de vecinas muy comprometidas y trabajadoras, que forman el Grupo de Cultura de nuestro Barrio. El espectáculo empezó con juegos populares, como trompo, pali- troque, ensacado. Hubo pasacalles. Presentación de chinchineros, organilleros, conjuntos folclóricos y hasta bailes pascuenses. Lomás impactante: una pareja de bailarines con sus atuendos de huaso y de china, sordomudos. ¡Un baile impresionante, emotivo! Un home- naje a la chilenidad a cargo de personas con capacidades diferentes. ¡Un gran aplauso a la Junta de Vecinos Augusto D’Halmar del Barrio Gran Vía! Sabella, Núñez y Franasovic en gran vía
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