TELL NORTE MARZO 2019
64 tell. cl otras cabras locales, porque la idea era hacer una cruza entre ambas razas. El resultado de ello fue un híbrido, menos lechero, pero más fuerte y adap- tado al clima. ¿Cómo funcionaba el corral? Funcionó durante dos años y medio como corral escuela. Se encontraba al lado de la iglesia y po- dían aprender todos los que quisieran, incluso si no eran cristianos. También había dispuesta una casa donde se les ofrecía alojamiento y comida para tra- bajar con nuestros cuidadores pastores. El macho fino fue dando crías con las hembras locales y ya tenemos alrededor de cuarenta y cinco cabras. ¿Siguen con el mismo sistema? No, lamentablemente por razones de salud el pa- dre Roberto se tuvo que devolver a Chile el año pasado y como ya no había una persona allá como punto fijo —y ciento por ciento atento a lo que es- taba pasando—, decidimos repartirlas en seis co- rrales entre las personas que estuvieron más in- teresadas en aprender. Cada corral quedó con un macho fino, tres o cuatro híbridos y sus cabritos. No son muchas las personas que conocen el trabajo que realizamos como misioneros en Maringué; por ahora es un círculo pequeño en torno a nuestros conocidos y amigos. Como los proyectos salen de nuestro bolsillo, estamos en proceso de formalizarnos para que otros nos conozcan y puedan ayudar también”. ¿Ahora quedaron solos? Sí, pero estamos siempre en contacto y les dejamos los corrales listos para que funcionen en sus casas con comederos, bebederos, rejas, candados, puerta, etc. Buscamos que estuvieran bien distri- buidos dentro en el distrito. Hay un corral en el centro del pueblo otro a tres, diez o cuarenta kilómetros. La idea era lograr el efecto de que los vecinos observaran e imitaran la iniciativa. Hay aldeas en que todos se conocen y, literalmente, para buscar agua pasan por la casa del otro. Además, a medida de que se van reproduciendo, va- mos sacando de cada corral una o dos cabras al año y esas se van dando a otras personas. Entonces es una cadena y una retribución que da el dueño del corral. ¿Cómo lo hacen con los temas veterinarios? Sólo en la ciudad se venden los insumos veterinarios de vacunas, vi- taminas, antiparasitarios, etc., entonces al introducir cabras leche- ras finas un parásito africano es mortal. Por eso les compramos los remedios, les enseñamos a inyectarlos y les dejamos todo escrito en su idioma. Esperamos que por lo menos una vez al año despara- siten a todas las cabras y le hagan un baño sanitario. MARINGUÉ “Mi primer viaje a Mozambique fue en enero del 2016 y estuve por nueve meses. Esos primeros meses fueron increíbles, conocí gente muy linda, simple y afectuosa. Hasta hoy tengo amigos del alma, con los cuales me contacto constantemente. Muchos ya tienen Whats- App, entonces es más fácil y los puedo llamar cuando quiero”. ¿Cómo lo hiciste con el idioma? Al principio, para comunicarme, aprendí portugués que es la lengua oficial, pero no muchos lo hablan y para llegar a más personas era fundamental aprender la lengua local (chisena). ¿Te enfermaste? Sí, me dio malaria un par de veces y lo pasé muy mal. Gajes del ofi- cio (ríe), como te contagias a través de un mosquito es clave dormir con una red, echarse mucho repelente y vestirse con manga larga. Allá se enferma mucha gente de eso y muere, pero es tan común que hay remedios en todos los puestos de salud.
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