Tell Concepcion noviembre 2018
73 tell. cl Bolsas biodegradables que se disuelven en agua. Increíble, pero cierto. El emprendimiento del penquista Roberto Astete que tiene revolucionado al mundo y quien acaba de volver de una pasantía de diez semanas por la mítica Singularity University, la Meca de la innovación. Por Soledad Posada M. Fotografía Sonja San Martín D. Planeta limpio Roberto Astete fundador de Solubag L uego de doce años trabajando en la industria del plás- tico y después de conocer todos sus procesos, incluido el reciclaje en proyectos de waste to energy (de residuos a energía), el ingeniero comercial Roberto Astete comen- zó la aventura de buscar un material que aminorara los efectos del plástico sobre el planeta, fabricando una bol- sa que luego de ser usada tantas veces como fuese necesario, se disolviera en agua y sus residuos no contaminaran el líquido. En este camino, no han faltado los obstáculos, largas noches en aeropuertos, tiempo familiar perdido, superar enfermedades solo, pero Roberto nunca ha bajado los brazos ni ha dejado de luchar. Él cree firmemente que su idea ayudará a aminorar un grave pro- blema medioambiental. Y así lo entendieron también los medios nacionales e internacionales, apenas se enteraron de la existencia de las bolsas hidrosolubles. Desde julio pasado, Roberto no ha pa- rado de contestar correos y responder entrevistas. El mundo quiere su invento.
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