Concepcion julio 2018
80 tell. cl ¿En qué se diferencia tu trabajo del resto? Nunca me gustó el hecho de que los japoneses trabajaran forzosamente los árboles con alambres. Ellos toman un árbol en pleno crecimiento y lo fuerzan a achicarse cortándole las ramas, los brotes y las raíces. El árbol brota y todos esos brotes se van cortando y amarrando para formar un tronco rápido; el alambrado es justamente para darle formas de la naturaleza… En el caso de mis árboles, la cosa es al revés, el mío parte desde muy chico creciendo proporcionalmente y se va formando perfectamente, con todo pequeño. Todo el trabajo es minucioso y Mauricio presta mucha atención también a la elección del re- cipiente del bonsái. “Hay que escoger la base según la pieza de arte que tengas; es tan sim- ple como buscar un buen par de zapatos para tu tenida. Desde chico me ha gustado tallar; cuando empecé a tener piezas de bonsái que necesitaban ciertas formas de piedra, empecé a buscarlas y esculpir, hoy trabajo con espuma vol- cánica, porcelanas chinas y japonesas, además de cristales y maderas”. ¿Requiere mucho cuidado un bonsái? No, el cuidado de mis bonsáis es simple: sólo regarlos diariamente en verano, dos o tres veces a la semana en invierno, y una vez al año traér- melos para mantención. La mantención que se les hace es como ir a la peluquería, a algunos se les cortan las puntas, a otros se les limpian las raíces o se les cambia parte de la tierra… Si de ubicación se trata, lo ideal es mantenerlos en la terraza, afuera de la casa para que tengan un ciclo natural. Si mantienes, por ejemplo, un liquidámbar o un ácer japónico en el interior, y pasa el invierno ahí, no le va a producir ningún cambio: no se va a poner la hoja de color, no va a brotar ni florecer. Deben estar afuera. El cuidado de mis bonsáis es simple: sólo regarlos diariamente en verano, dos o tres veces a la semana en invierno, y una vez al año traérmelos para mantención”. ESPACIO inmobiliario
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